Este sábado, el doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) de Cuba, informó que desde el inicio de la pandemia en la Isla se han reportado 252 pacientes de la COVID-19 en los cuales no se precisa la fuente de infección.
Debido a la difusión de casos cuya forma de contagio se desconocía, a inicios de abril el régimen cubano decretó la fase de “transmisión autóctona limitada” de la COVID-19.
Este sábado, por su parte, Durán García también aludió a las variaciones en las estadísticas de los casos sin fuente de contagio conocida. “Hoy (este 22 de agosto) decimos aquí que hay cinco que no tienen fuente de infección (conocida), (pero) en la tarde este número cambia porque se trabaja intensamente en el estudio epidemiológico para tratar de precisar la fuente de infección y poder accionar ahí”, dijo el funcionario.
Según el epidemiólogo, de los 689 casos diagnosticados en los últimos 15 días solamente en 13 no se ha precisado la fuente de infección. Tales pacientes corresponden a las provincias de Artemisa (cuatro), La Habana (siete), Matanzas (uno) y Villa Clara (uno).
De los 35 nuevos casos reportados este sábado, en cinco no se conoce la fuente de infección, aseguró Durán García. El resto (30) fueron contactos de pacientes previamente diagnosticados.
Este 22 de agosto en la Isla se mantenían ingresados 1232 pacientes, de los cuales 44 están en vigilancia, 668 son sospechosos de haber contraído el coronavirus SARS-CoV-2 y 520 son casos confirmados o activos.
De los casos confirmados a lo largo de este viernes, 30 pertenecen a la provincia de La Habana y cinco a Artemisa. La capital cubana se mantiene con la mayor tasa de incidencia de casos confirmados por cada 100 000 habitantes. Le siguen Artemisa, Pinar del Río, Villa Clara, Las Tunas, Matanzas y Mayabeque, en ese orden.
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De los 520 casos activos en la Isla, 503 mantienen una evolución clínica estable mientras que tres pacientes se reportan en estado crítico y 14 en estado grave. Este viernes no se reportó ninguna muerte en la Isla a causa de la COVID-19, de acuerdo con el MINSAP.
El pasado 31 de marzo, el primer ministro del régimen cubano, Manuel Marrero Cruz, anunció la suspensión total de los vuelos a la Isla, lo que significa que ni los cubanos ni extranjeros residentes podrán entrar al país salvo situaciones excepcionales.
Tras el comienzo de las medidas de desescalada a finales de junio, el régimen cubano echó atrás la reapertura en la capital de la Isla y en otros puntos del país por el rebrote de casos positivos a la COVID-19.
Hace dos semanas, el ministro de Salud Pública de Cuba, José Ángel Portal Miranda, aseguró que el país estaba “en presencia de un nuevo brote de la enfermedad (COVID-19) que pone en riesgo a toda nuestra población”.
“El pronóstico indica que la situación está próxima a volverse en incontrolable si todos no tomamos las medidas que se han definido por el país, por lo tanto la amenaza de (la pandemia de) seguir creciendo se acentúa cada día que pasa”, aseveró.