Denuncian ante la ONU más de 100 víctimas de tortura en Cuba

Un informe de Cuban Prisoners Defenders asegura que la tortura física y psicológica es una práctica habitual en las cárceles cubanas.
Cárcel cubana (ABC)
 

Reproduce este artículo

Más de 100 presos políticos han sido torturados en Cuba, denunció este 29 de marzo ante Naciones Unidas la ONG Cuban Prisoners Defenders en un comunicado.

“Este estudio se ha desarrollado utilizando una muestra de 101 prisioneros políticos y familiares, tomando en cuenta como universo el listado actualizado (1167)”, señaló la ONG. El informe será sometido ante el Comité contra la Tortura de la ONU durante su próximo período de sesiones (19 de abril al 13 de mayo de 2022), agregó.

Según el informe, el 77% de ellos ha sido sometido a cinco o más tipos distintos de tortura. Por ejemplo, el 65,91% de los procesados recibió amenazas a su integridad, su seguridad y la de sus seres queridos. 

Es generalizado el uso de celdas de castigo plagadas de insectos, humedad, con camas de cemento y sin ventilación. Todo ello, sumado a las altas temperaturas de estos cubículos durante el verano y un frío intenso en invierno, son espacios insoportables donde aparecen enfermedades de la piel y el sistema respiratorio.

Durante la detención, son usuales las retenciones en vehículos policiales herméticamente cerrados, bajo el sol y con un alto grado de humedad, método de tortura denominado “patrulla-horno” que provoca sensación de asfixia, desmayos, vómitos y deshidratación.

Más de la mitad de los procesados consultados afirman haber sido sometidos a agresiones físicas directas. Es habitual esposar previamente al detenido o preso, mediante la inmovilización con esposas a la espalda, lo que se denominada la “shakira”.

Otra versión de “shakira” consiste en colgar a la víctima de los barrotes o el techo y dejarlo suspendido por horas o días, lo cual infringe un sufrimiento terrible, dejando secuelas permanentes, al igual que “el potro”, donde el reo queda inmovilizado de pies y manos, sujeto a un poste.

La violencia practicada sobre los prisioneros con frecuencia provoca la fractura de costillas y la pérdida de conocimiento. Se ha documentado también en estos casos el uso de gas pimienta, tanto en las detenciones como en las celdas.

 

Relacionados