Deisy Sánchez, madre del preso político Juan Enrique Pérez Sánchez abandonó el país a causa del constante acoso, las amenazas y la vigilancia de la Seguridad del Estado, y se reunió con su segundo hijo en Estados Unidos.
En una entrevista ofrecida a AméricaTevé, Sánchez declaró que la policía política 'no la dejaba vivir' en Cuba: "Constantemente ahí. Me infiltraron personas en mi casa sin yo saber, pensando que eran amistades de mi hijo y eran personas infiltradas que nos había mandado".
Tras convertirse en un objetivo político del régimen, la situación económica de la familia se vio seriamente afectada: "Me quitaron los mandados de mi hijo, lo poco que daban ¿Cómo iba a llevarle yo la jaba a mi hijo? Si no tenía con qué".
Su tránsito migratorio, que comenzó en Nicaragua y la condujo hasta la frontera norte de México fue difícil pues, según relató, a sus 60 años tuvo que vivir situaciones de alto riesgo, incluyendo un secuestro, por lo que incluso llegó a dudar si "saldría vivía".
"Fui hasta secuestrada, asaltada. Pasé momentos muy duros. Me metieron en casas deplorables, encerrada en un cuarto con 40, 50 o 60 personas, en un lugar donde había mal olor, animales, hasta chinches había", refirió.
Juan Enrique Pérez Sánchez, residente en el poblado de Vegas, en la provincia Mayabeque, fue detenido tras su participación en las manifestaciones antigubernamentales del 11 de julio de 2021 y sentenciado a ocho años de privación de libertad.
"Hay personas que yo sé que me van a juzgar mal: se fue y dejó su hijo. Pero yo no lo metí preso, fueron ellos injustamente, ocho años. Me lo golpearon, me le partieron una costilla, me le arrancaron un piercing de la lengua y se la dejaron sangrando, me lo golpearon impunemente a diario" denunció Deisy Sánchez.
Hoy, Sánchez se encuentra en Phoenix, Arizona, junto a su otro hijo, José Melany, y recomienda a "todo el que pueda salir de la isla que salga, porque eso no da más y cada día estará peor".