El artista cubano Hamlet Lavastida, exiliado en Polonia, dio detalles la víspera de la casa de la Seguridad del Estado donde estuvo encarcelado antes de partir al destierro y donde intentaron ocultar los estragos de su arresto anterior.
Allí —cuenta Lavastida en Facebook— lo alimentaron correctamente para evitar que la opinión pública notara los 10 kilos de peso que había perdido durante tres meses de encierro en los cuarteles generales de la policía política cubana, ubicados en Villa Marista, municipio Diez de Octubre, La Habana.
Localizada en el reparto Guanabo, al este de la capital, Lavastida estuvo en la casa de Guanabo del 19 al 25 de septiembre de 2021, custodiado por dos cocineras, tres capitanes y un oficial de mayor rango.
“Bajo interrogatorios o proposiciones sobre mi vida futura transcurrieron esos 6 días. En la habitación cerrada en la que me depositaron podía caminar al menos 9 pasos, en la celda 31 de Villa Marista caminaba solo 6”, precisó.
“En ese lugar se gestó la negociación para mi salida definitiva de Cuba junto a Katherine Bisquet, todo ello en estricto secreto sobre mi localización o paradero”, agregó el artista.
Lavastida y su pareja, la artista Katherine Bisquet, salieron rumbo a Polonia el 26 de septiembre de 2021.
El artista había regresado a Cuba el 21 de junio, al finalizar una residencia artística en la galería Künstlerhaus Bethanien, de Berlín, y fue detenido cinco días después, inmediatamente después de cumplir con el aislamiento sanitario establecido en Cuba para quienes lleguen del exterior .
El régimen informó que el artista había “estado incitando y convocando a la realización de acciones de desobediencia civil en la vía pública, utilizando las redes sociales y la influencia directa sobre otros elementos contrarrevolucionarios”.
Los cargos fueron desestimados por familiares y amigos del artista, en tanto hacían referencia a acciones que nunca se llegaron a concretar y que sólo buscaban manifestar oposición política a un régimen totalitario.
Según el testimonio de Bisquet, la excarcelación de Lavastida y el destierro de ambos a Polonia fue justificado por la Seguridad del Estado con “racionalidad política”, a partir de lo inconveniente que le resultaba mantener al artista en prisión.
De 38 años, Lavastida es uno de los artistas cubanos más relevantes de su generación. La exhibición de sus obras está prohibida en las instituciones culturales del régimen por su contenido político y la frontalidad de sus críticas al castrismo.