La comunicadora independiente y activista Iliana Hernández mostró las marcas que dejaron en su piel los malos procederes de las represoras que la detuvieron arbitraria y violentamente este sábado. Las marcas de una dictadura castrista, a todas luces renuente a aceptar críticas, oposición y una labor informativa como la de Hernández, una de los cubanos que se acuartelaron y emprendieron una huelga de hambre durante días en la sede del Movimiento San Isidro para exigir la liberación de Denis Solís y el fin de la represión en Cuba.
“Me cayeron arriba como si fueran animales salvajes y luego cuando me trasladaban la más joven me encajaba las uñas en la muñeca, me quejé y no le importó, en la patrulla cuando gritaba ‘Abajo la dictadura’ me tiró del pelo para que me callara y grité más”, detalló la activista en su perfil de Facebook sobre lo sucedido la víspera.
“Luego a lo largo del día la mayor se relajó más conmigo y aproveché para contarles del mundo real, como se están perdiendo cosas, les dije que se van arrepentir muchísimo por no haber intentado antes ser libres”, agregó, a la vez que compartió imágenes con las marcas o arañazos que le provocaron las uñas de la represora.
La detención violenta a Hernández este sábado 19 de diciembre se produjo cuando salía de su domicilio en compañía de su madre y pese a que supuestamente le había sido retirada la vigilancia permanente por parte de la Seguridad del Estado a la que era sometida desde hace días, al igual que el resto de los activistas y simpatizantes del Movimiento San Isidro (MSI) que se atrincheraron en la sede del mismo, en Damas 955, Habana Vieja.
La madre de la reportera informó a CiberCuba de la detención de su hija. Según detalló, ésta fue “inmovilizada y reducida a la fuerza por agentes de la Seguridad que se la llevaron sin informar adónde, ni los motivos de su detención”.
Lea también
El pasado 15 de diciembre, la también activista fue detenida por la policía política cuando salió de su domicilio para asistir a una entrevista en el Consulado de España en la capital cubana. Con anterioridad la opositora había revelado su intención de asistir a la misma, ya que sobre su persona no pesa ningún delito que le impida la libre movilidad, pese al cerco continuo del que han sido objeto ella y otros vinculados al MSI o el Grupo 27N.
Dos días después de esa detención, el 17 de diciembre, Hernández comentó que al parecer le había retirada la vigilancia permanente de su domicilio. "Se fue la vigilancia que tenía aquí, por lo menos visiblemente no hay patrullas ni represores, esta es la calle J donde me secuestraron el martes", escribió en ese entonces.
Sin embargo, a juzgar por la detención de este sábado, la vigilancia sobre ella y quizás otros opositores, activistas y ciudadanos incómodos para el régimen permanece. “Pero y esto qué cosa es… a ver, esto qué cosa es… pero bueno… Esto es demasiado ya, coño”, se le escucha decir a Hernández en un breve video del arresto arbitrario que compartió CiberCuba.