José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), denunció a nombre de esa organización los cortes de internet que realiza el régimen cubano para intentar callar a opositores y activistas independientes.
“Durante la última semana, el régimen cubano ha continuado su práctica de cortes de internet y, mayormente, de todos los servicios de telefonía móvil sobre las voces disidentes del país”, escribió Vivanco en su perfil de Twitter.
Su tuit enlaza un artículo del medio Yucabyte que reporta las violaciones del régimen a los derechos digitales de los cubanos del 26 de junio al 2 de julio, gran parte de las cuales respondieron a la intención de impedir el desarrollo de eventos de organizaciones de la sociedad civil cubana y evitar cualquier acción en favor de la liberación del artista Hamlet Lavastida, encerrado en la unidad insignia de la Seguridad del Estado, Villa Marista, desde el 26 de junio.
Desde el domingo 27 de junio, fecha en que un grupo de artistas y activistas se dirigieron a la sede de la policía política cubana para exigir información sobre Lavastida, relata Yucabyte, “la artista Tania Bruguera sufrió un corte de telefonía móvil que ha durado toda la semana”.
Además, agrega, “el jueves 1 de julio le fue cortado también el servicio de telefonía fija”.
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Las afectaciones a los servicios telefónicos de Bruguera son similares a las experimentadas por otros muchos opositores, artistas y activistas cubanos como Carolina Barrero, Yamilka Latifa, Solveig Font, Carolina Sansón y Leonardo Fernández Otaño.
También Sindy Rivery, Juliana Rabelo, AfrikReina BV, Tania García Marthadela Tamayo, Soandry Del Río, Kirenia Yalit Núñez Pérez, Sara Cuba Delgado, Zelandia de la Caridad Pérez, Osvaldo Navarro Veloz, Luis Machado Reinosa y Juan Antonio Madrazo Luna.
Varios de los últimos estaban invitados a participar en dos eventos online el 30 de junio; el primero sobre la presentación de un nuevo Código de Familias en Cuba y el segundo sobre temas de género.
Los cortes de los servicios de internet por datos móviles y de la telefonía se hacen cada vez más frecuentes en Cuba por motivos políticos. Con la complicidad de su monopolio de las telecomunicaciones en la isla, Etecsa, el régimen priva a usuarios de servicios por los que pagan previamente, y que caducan tras un período de tiempo.
Al ser increpada directamente por alguno de los afectados, la empresa Etecsa, a través de sus empleados, se escuda en supuestos problemas generales de conectividad.
Sin embargo, periodistas independientes como Héctor Valdés Cocho y activistas como Oscar Casanella han comprobado en reiteradas ocasiones la intencionalidad política y de censura de los cortes.