La recién creada Asociación de Peloteros Cubanos Profesionales, que busca representar a la isla en el próximo Clásico Mundial (2023), teme el rechazo de la Confederación Mundial de Béisbol y Sóftbol (WBSC), pues un hijo de Fidel Castro es parte de su directiva.
“No nos interesa politizar el asunto, pero los invitamos a que saquen ustedes sus propias conclusiones. Este señor es uno de los ejecutivos de la WBSC... ¿se podrá esperar algún tipo de apoyo de esa organización?”, escribió la asociación de peloteros en refrerencia a Antonio Castro Soto del Valle.
La agrupación, creada el mes pasado en Miami por un grupo de astros del béisbol cubano y varios empresarios, publicó en sus redes sociales una fotografía de Castro, quien actualmente se desempeña como embajador de la WBSC y ha sido miembro del comité ejecutivo de la Federación Internacional de Béisbol desde 2009.
El martes, las autoridades del béisbol en la isla llamaron “engendro” a la nueva agrupación de peloteros y afirmaron que la Federación Cubana de Béisbol (FCB) cuenta con el apoyo de la Confederación Mundial y otras “organizaciones internacionales”.
“Rechazamos este nuevo engendro”, afirmó el presidente de la FCB, Juan Reynaldo Pérez, en una rueda de prensa.
El funcionario acusó a la ACPBP de intentar “usurpar el rol asignado a la FCB en cuanto a conformar y avalar la participación de equipos de nuestro país en eventos internacionales, incluido el Clásico Mundial, vinculado contractualmente a la WBSC.
Directivos de las Grandes Ligas dijeron a la agencia AP que la ACPBP tendría que recibir el reconocimiento de la Confederación Mundial para poder participar en un Clásico.
La ACPBP cuenta con el apoyo de exitosos peloteros cubanos que juegan en las mayores, entre ellos el relevista Aroldis Chapman de los Yanquis de Nueva York, el primera base Yulieski Gurriel, el segunda base Aledmys Díaz y el jardinero Yordan Álvarez, los tres últimos de los Astros de Houston.
El 12 de abril, Pérez Pardo anunció en rueda de prensa la intención de Cuba de recuperar su acuerdo con las Grandes Ligas, suspendido por la administración Trump como parte de su paquete de sanciones a la isla.
En abril de 2019, EE. UU. canceló el acuerdo, alegando que la FCB era parte del gobierno cubano, y que el comercio con este es ilegal según las leyes estadounidenses.
El acuerdo —negociado por primera vez durante el gobierno de Barack Obama—, tenía la intención de evitar que los jugadores cubanos emprendieran escapadas riesgosas desde Cuba y renunciaran a su ciudadanía para jugar en Estados Unidos.
De haberse concretado el acuerdo, los peloteros cubanos contratados recibirían el 100 % del bono, mientras que los clubes de la MLB pagarían un 25 % adicional a la Federación cubana como tarifa de liberación.
