La Revolución no tiene "varita mágica" para arreglar barrios marginales: Gerardo Hernández

Hernández, quien se hizo famoso como miembro de una red de espionaje en EE. UU., visitó uno de esos barrios, San Isidro, ubicado en el municipio capitalino Habana Vieja, donde reside el Movimiento artístico contestatario del mismo nombre.
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“La Revolución no triunfó con una varita mágica en la mano para convertir en barrios residenciales a los barrios marginales”, declaró este 6 de septiembre el exagente cubano Gerardo Hernández al diario Granma.

Desde 1959, el Gobierno se ocupa en mejorar las condiciones de vida en esos sitios, pero “hay barrios transformados radicalmente”, que con el tiempo “han ido perdiendo esas transformaciones”, declaró el actual coordinador de los Comité de Defensa de la Revolución, organizaciones barriales supeditadas al régimen de La Habana.

Hernández aseguró que en la capital habanera existen 62 comunidades donde hay personas que no cuentan con las condiciones óptimas en sus viviendas, “es una verdad triste, dolorosa, pero es nuestra verdad”.

Agregó que “la Revolución” sigue trabajando para mejorar esas localidades, “a pesar del persistente bloqueo del Gobierno de Estados Unidos, que apuesta por subvertir el orden interno y provocar un estallido social, precisamente, desde esos territorios menos favorecidos”.

Hernández ha recorrido durante el último mes barrios empobrecidos de La Habana para conversar con los vecinos, luego de que el 11 de julio cubanos residentes en las zonas más empobrecidas de la ciudad protagonizaran manifestaciones callejeras contra el Gobierno.

Las autoridades calificaron a los manifestantes de “mercenarios al servicio de EE. UU.”, sin embargo, tras el regreso de la calma hicieron concesiones, como la repartición gratuita de alimentos y obras constructivas en barrios pobres, como el de La Güinera, uno de los más belicosos el 11 de julio.

Hernández, quien se hizo famoso como miembro de una red de espionaje en EE. UU. conocida como “red Avispa”, visitó San Isidro, ubicado en el municipio capitalino Habana Vieja, donde reside el Movimiento artístico contestatario del mismo nombre.

Las protestas del 11 de julio levantaron a más de 60 localidades de todo el país y fueron catalogadas por analistas como las más grandes de la era socialista en Cuba.

Hasta el momento, el gobierno cubano reconoció la muerte de una persona, Diubis Laurencio Tejeda, de 36 años y residente en el municipio habanero Arroyo Naranjo, de quien no se dieron las causas del deceso en la nota oficial.

La ONG Cubalex, que da asesoría legal a perseguidos políticos y reprimidos por el régimen, ya suma en su listado 800 detenidos y desaparecidos.

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