El gobierno español enviará a La Habana un nuevo embajador, Ángel Martin Peccis, quien desde 2005 es director de la Oficina en Colombia de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Todavía Madrid no confirma el nombramiento, pero ya se conoce el historial del funcionario. Pecci firmó convenios con el Congreso y el Senado colombianos para supervisar la implementación del Acuerdo de Paz entre Colombia y las FARC.
Además, presentó ante ambos, en la Mesa de Paz de La Habana, un proyecto para acompañar e implementar la reincorporación educativa de los guerrilleros desmovilizados.
En 2018, el entonces presidente colombiano, Juan Manuel Santos, le condecoró con la Cruz de Boyacá, precisamente por su labor para el Acuerdo de Paz, y por su trabajo “en defensa de la paz, la educación y la promoción de los derechos humanos”.
El puesto de embajador en La Habana quedará vacante próximamente porque su actual titular, Juan Fernández Trigo, nombrado en 2018, será destinado a Venezuela para relevar a su vez a Jesús Silva.
Cuando se hagan efectivos los cambios, Martín Peccis se convertirá en el quinto embajador ‘político’, es decir, no perteneciente a la carrera diplomática, nombrado por el gobierno de Pedro Sánchez. Eso sí, a diferencia de los otros cuatro, no se le conoce vinculación con el gobernante Partido Socialista Obrero Español.
Peccis, nacido en Zaragoza, es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, con Maestría en Filosofía Política de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Como director de la oficina de la OEI en Colombia tiene consideración de miembro del cuerpo diplomático y status de embajador.
Según el sitio web especializado The Diplomat, el nombramiento de los embajadores es una competencia del Consejo de Ministros, es completamente discrecional y no está reservado a diplomáticos, a diferencia de lo que sucede con los puestos de menor nivel en las embajadas, que se rigen por el escalafón de la carrera.
No obstante, la designación de embajadores ‘políticos’ suele ser motivo de descontento entre los diplomáticos de carrera. El pasado marzo, con motivo del nombramiento la exministra y exdiputada Carmen Montón como representante ante la Organización de Estados Americanos, la mayoritaria Asociación de Diplomáticos Españoles mostró su “desacuerdo”, porque no tenía una trayectoria profesional “que garantice el mérito e idoneidad necesarios para ocupar esos puestos”.