El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y su antecesor en el cargo y mentor, Raúl Castro, inauguraron este sábado el nuevo hotel de lujo Paseo del Prado, que completa el trío de establecimientos de cinco estrellas plus de La Habana Vieja y con el que el país caribeño espera seguir atrayendo viajeros.
Castro, líder del gubernamental Partido Comunista de Cuba (único legal), y su sucesor al frente del Ejecutivo de la isla cortaron las cintas en una sencilla ceremonia de apertura de la instalación, la primera en América de la marca de lujo SO/ del grupo francés Accor y la novena en el mundo, según la televisión estatal cubana.
Ubicado en la privilegiada esquina del histórico Paseo del Prado y el Malecón habanero, el hotel cuenta con 250 habitaciones -36 suites- y un elegante diseño inspirado en el ballet, el son cubano y la salsa. Su entrada en funcionamiento coincide con los festejos por los 500 años que la capital de Cuba cumplirá el próximo 16 de noviembre.
El edificio, de 36 pisos, destaca por su torre en forma de la proa de un barco y detrás de su aire vanguardista está la firma de la diseñadora española Agatha Ruiz de la Prada, responsable de crear desde la insignia del hotel hasta los uniformes del personal.
La consejera delegada de Accor para América del Norte, Centroamérica y el Caribe, Heather Mc Crory, agradeció al Gobierno cubano "por proporcionar las condiciones necesarias que han permitido que este proyecto tome forma y florezca".
"Cuando el mundo celebra las ricas tradiciones del pasado de La Habana, este proyecto señala un futuro exitoso, tanto para el turismo de Cuba como para Accor en América", aseguró.
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Junto a los hoteles Manzana Kempinski, regentado por la compañía suiza Kempinski, y Packard, administrado por la española Iberostar, el Paseo del Prado será uno de los principales reclamos de la ciudad de cara al sector de turismo de lujo, en un momento de crisis económica en el que Cuba necesita atraer visitantes extranjeros.
"Este nuevo hotel demuestra que no nos invade el desconcierto. El país sigue vivo, funcionando y desarrollándose económicamente", dijo su viceministro primero de Turismo, Juan Carlos García, en referencia a los altibajos que sufre actualmente la dañada economía cubana, afectada por la crisis en su aliado Venezuela y el reforzamiento del embargo de Estados Unidos.
La Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, prohibió desde junio pasado los viajes en crucero a Cuba, cuya economía depende en buena parte del turismo al ser su segunda mayor fuente de ingresos.
Esa decisión asestó un gran golpe a una pujante industria que había experimentado un "boom" sostenido en Cuba desde el deshielo iniciado en 2014, crecimiento que comenzó a desacelerarse con el viraje en la política de Washington hacia la isla tras la llegada de Trump a la Casa Blanca en 2017.
El Gobierno de EE.UU. también prohibió los vuelos privados y corporativos y restringió las condiciones para que ciudadanos estadounidenses puedan viajar a la isla, aunque se mantienen los vuelos comerciales, principalmente para conservar las visitas entre familiares residentes en uno u otro país.
Aunque a principios de año Cuba se marcó la meta de cerrar 2019 con 5,1 millones de turistas, fue bajando sus previsiones al endurecerse las sanciones estadoundensees y finalmente dejó la estimación en 4,3 millones, un 10 % menos que el año pasado, en el que se superaron los 4,7 millones.