Denuncian nuevo caso de hostigamiento político en universidad cubana 

Massiel Suárez Pérez expuso en Facebook pruebas del hostigamiento que sufrió en la Universidad de Las Tunas mientras estudiaba la Licenciatura en Psicología y Pedagogía.
 Massiel Suárez Pérez cursaba el tercer año de la Licenciatura en Psicología y Pedagogía.
 

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La joven cubana Massiel Suárez Pérez expuso en Facebook pruebas del hostigamiento que sufrió en la Universidad de Las Tunas, donde estudiaba la Licenciatura en Psicología y Pedagogía. 

“Las siguientes capturas muestran las ofensas de varios profesores hacia mí por pensar diferente y las intenciones de expulsarme de la universidad”, declaró en su post Suárez Pérez, quien consideró este hecho una “falta de ética” y una “prueba más de la persecución y discriminación” que sufren quienes disienten dentro de Cuba. 

“¿Defendiendo qué? Sigan cogiendo apagones y comiendo bistec de dignidad”, increpó así a quienes formaron parte del acoso político.  
La joven comenzó su publicación con la cita de un pasaje de la Biblia correspondiente a Isaías 54:15, en el cual se expresa: “Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá”.

Ante esta denuncia, ADN Cuba contactó a la joven, quien reside actualmente en Tallahassee, capital del estado Florida, en Estados Unidos. Según alega Suárez Pérez, la decisión de dejar los estudios y abandonar el país estuvo determinada por la presión que ejerció sobre ella parte del claustro universitario. 

“Yo siempre he posteado cosas en mis redes contra la dictadura. Memes en estados de WhatsApp, escritos contra la dictadura en Facebook y Whatsapp.

Algunos más fuertes que otros. He firmado cartas públicamente en Facebook, etc. Por algunas de esas cosas fue a verme muchas veces la seguridad a la casa”, relata la joven, aclarando que la policía política nunca habló directamente con ella, sino que su papá era quien intercedía por la hija.

Al explicar cómo funciona el monitoreo en la casa de altos estudios, refiere que “el profesor Carlos Alberto es el encargado, como dicen ellos, de monitorear los perfiles de los estudiantes desde “el observatorio”. 

Es a raíz de las manifestaciones antigubernamentales del 11J cuando se incrementa la participación de Suárez Pérez en las redes sociales y el profesor alerta a su padre de que “podrían tomarse medidas conmigo, que siempre se estaba viendo todo lo que yo publicaba”.

Las amenazas o “llamados de atención” siempre se realizaron de forma indirecta, insiste Suárez Pérez, lo que la llevó a pensar que le tenían “algún tipo de miedo” y que por eso no se dirigían directamente hacia ella. 

“Luego del 11 de julio se citó en la universidad a todos los estudiantes por facultades para realizar un “conversatorio” acerca de estos sucesos. Para decir que todo fue pagado por el imperio, que fueron actos vandálicos, lo mismo de siempre que ya nadie se cree. Nadie dijo palabra alguna, hubo como dos estudiantes que se levantaron y se fueron, pero fueron profesores a buscarlos y los trajeron de nuevo”, cuenta. 

Durante el encuentro la chica trató de mantenerse al margen para no buscarse problemas, pero no pudo evitar intervenir cuando “hablaron acerca de que no se había detenido a nadie injustamente, solo a los que habían tirado piedras”.

“Empecé diciendo que yo soy católica (la profesora al frente, Irene, puso la peor cara de odio que he visto en mi vida), y dije que yo tenía hermanos de la iglesia en Bayamo y La Habana que sí los habían detenido injustamente, que ellos no habían hecho nada malo”, siguió narrando.

Las capturas de pantalla que Suárez Pérez expone en su post le fueron entregadas en septiembre de 2021 a través de Messenger y Whatsapp y corresponden a una conversación grupal en WhatsApp de los profesores del departamento de Pedagogía-Psicología, donde se reafirmaba que la “universidad es para los revolucionarios”.

El primer contacto del DSE con Suárez Pérez tuvo lugar el 14 de noviembre, cuando convidó a seis “compañeros cercanos a que fueran vestidos de blanco”. 
“El día 14 de noviembre por la noche llaman a mi papá por teléfono para decirle que iban a mi casa a detenerme para “conversar” conmigo en la estación de policía”, a lo que el señor se negó y reprogramaron el interrogatorio en su casa.

“El muchacho de la seguridad me leyó el mensaje que yo había mandado a esas seis personas y me dijo básicamente que aquello era algo malo porque vestirse de blanco había sido “orientado” por los enemigos de la Revolución. Mi papá me pidió que no dijera nada, que no me defendiera, así que no hice nada más que escuchar. El muchacho terminó pidiendo que me comprometiera a no ir de blanco a la universidad al siguiente día. Le dije q sí y se fue. Al siguiente día no fui a la universidad”.

Suárez Pérez explicó que, finalmente, decidió abandonar sus estudios universitarios en tercer año cuando le comunicaron que su ayudantía “no había sido aprobada, porque supuestamente todavía no se había aprobado ninguna”.

Sin embargo, tras indagar, supo que la negación estuvo determinada por su “postura política”, pues “las ayudantías de otras personas sí habían sido aprobadas”.
 

 

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