Alexander Rodríguez, un cubano fanático de las motocicletas MZ, recorrió más de 800 kilómetros desde occidente al oriente de la isla, para llevar a su hija y su esposa a visitar familiares en la provincia de Granma.
Los tres emprendieron la travesía en una moto de dos ruedas y cargados de paquetes. En Cuba muchas personas se trasladan entre provincias para llevar comida y otros productos a sus familias y paliar la escasez, pero las restricciones de movimiento por la pandemia dificultaron los viajes interprovinciales. Rodríguez encontró la solución en su viejo MZ.
“De Artemisa, rumbo a Granma a visitar la familia, para los amantes de los MZ esto es lo máximo, caballo de guerra”, anunció este domingo en el grupo público de Facebook “CLUB MZ CUBA”, poco antes de comenzar el viaje.
“850 km de recorrido con este caballo de guerra, pura adrenalina en estos viajes”, afirmó el motorista a su llegada, unas 12 horas después.
Rodríguez lamentó “que hay demasiados huecos en la carretera, pero siempre [manejo] con precaución y muy atento”. Aseguró que su motocicleta, de color verde, viajó a “100 km/h mantenida con pistón seco, los mejores estos motores, valen la pena MZ siempre”.
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Ya en Granma, Rodríguez compartió un par de videos donde se le ve recorriendo la zona “en busca de gasolina, jajaja ni eso hay aquí”, dijo.
Añadió que “las carreteras están muy malas y llenas de perros callejeros, [el video] fue para que vean cómo está este caballo de guerra, esto no está [hecho] para correr: es un motor de coger carretera larga, pero el que lo provoque sabrá lo que hay”.
Las publicaciones de Alexander Rodríguez en el grupo de amantes de las motocicletas –con más de 60 000 miembros–, se hicieron virales. Entre los miles de comentarios a sus posts, muchos le decían al chofer que “usted es el mejor”, “el caballo de los caballos”, o celebraban la resistencia de las viejas motos.
Por MZ se conoce a los vehículos fabricados por una compañía homónima, situada en Zschopau (Sajonia, Alemania). En Cuba son muy populares los modelos de los años 60 y 70 del siglo anterior, y sus dueños se las ingenian para mantener las motocicletas en condiciones de rodar, a pesar de la escasez de piezas de repuesto.