El pasado 2 mayo en su columna Acuse de recibo el diario estatal Juventud Rebelde presentó el caso de Yuniesky A. Borjas, quien reside en el apartamento 403 del edificio 968, en la zona 4, del reparto habanero de Alamar.
Borjas cuenta que el pasado 25 abril encargó una compra virtual con número de orden N4C0011780 en el centro comercial Cuatro Caminos.
"Después de tanto tiempo y batallar en la navegación del sitio, hasta pasar una hora para completar la compra, al menos tenía la tranquilidad y garantía de que tras el pago se generara correctamente la orden de compra, por lo que no caería en los casos de devoluciones por culpa de no haberse generado la orden en sistema. Y despierto hoy (2 de mayo) con un mensaje de la pasarela de pagos Transfermovil que me notificaba la devolución total por el importe de esa compra", relata Yuniesky.
"¿Cómo es posible que pase esto cuando la orden estaba correctamente generada, el mismo día en que acababan de reabrir con la totalidad del inventario disponible? Es inadmisible cuando la lógica del negocio establece un inventario digital contra uno físico: un inventario digital que es espejo y reflejo del físico que lo respalda; y que cuando se implementa un carro de compra en e-Commerce, los productos añadidos son reservados del inventario digital y no hay manera alguna de que se justifique ese faltante".
Borjas dice en su carta que hasta puede entender cierto retraso en los tiempos de entrega, "hasta un límite; pero tiene que haber garantía total de que lo comprado y pagado llegue íntegro a domicilio".
"No se resuelve nada con el parche de las devoluciones parciales, por muy temprano y a tiempo que se hagan. Cuando se reservan y compran artículos de un carro en la tienda, es porque estuvo disponible y fue debidamente reservado, pagado y rebajado del inventario para que más nadie lo pueda tocar", argumenta Yuniesky.
El diario estatal también expuso el caso Jorge Martínez Mendoza, vecino de Paradero s/n, en Santa Rita, municipio granmense de Jiguaní, quien se queja de las malas experiencias que ha tenido con el comercio virtual.
En la carta que le enviara al Juventud Rebelde, Mendoza narra que el 20 de abril hizo una compra virtual en la tienda Las Novedades, de Bayamo, mediante la correspondiente conexión, recibió el número de orden 1005, y dejó como beneficiaria a su prima Yoharis Suárez Martínez.
Luego de seis días sin recibir llamada alguna, el 27 de abril Yoharis se presentó en Las Novedades a recoger la compra. Y la empleada que se encontraba entregando las facturas le dijo que no existía ninguna orden con el nombre de ella como beneficiaria.
Ante esto Jorge llamó a la tienda y le confirmaron que existía la orden, con Yohari como beneficiaria; que no se preocupara pues le harían llegar el envío a su domicilio, y agregaron, que él podía recogerlo cualquier día antes de que lo enviaran en el carro, porque hubo un error de ellos, y tendrían que esperar ahora que el carro fuera otra vez a Jiguaní
Pasados 25 minutos de aquella conversación, la misma persona le devolvió la llamada para decirle que no le iban a hacer llegar la mercancía, porque cuando él hizo la compra virtualmente, ya se había acabado el producto. Que reintegrarían el dinero a su tarjeta magnética.
"No entiendo, no concibo que primero me digan una cosa y después otra. Me tienen que dar una respuesta convincente, porque confiaba en que tenía el producto garantizado. Y ahora no tengo nada", concluye Jorge.
Si bien en días recientes el Ministerio de Comercio Interior, la corporación Cimex y la cadena de tiendas Caribe han reconocido los problemas en el comercio electrónico y han insistido en su propósito de mejorar la gestión en tal sentido, lo cierto es que la situación no mejora y las quejas de los clientes aumenta, porque saben que todo no es culpa tecnologías, hay mucho de mal manejo por parte de los que tienen que hacer efectiva la operación.