Cuba ha introducido reformas radicales en sus leyes de pesca en un movimiento visto como un allanamiento del camino para una posible colaboración con Estados Unidos en la protección de su océano compartido, a pesar de la política de Donald Trump de revertir un deshielo en las relaciones, informó el diario The Guardian.
Es la primera vez que el texto de una ley ambiental en Cuba especifica la necesidad de investigación científica, que según los expertos significará una mayor dependencia de la tecnología de punta de los Estados Unidos.
"Si no buscamos colaboración, no podemos tener una imagen completa", dijo a The Guardian Jorge Angulo Valdés, biólogo marino cubano de la Universidad de Florida. La ciencia del océano debe continuar trascendiendo las presiones políticas, dijo. “Trump está haciendo todo lo posible para cerrar las puertas a la colaboración. Cuba está haciendo todo lo posible para que sea más fácil mantener esas puertas abiertas".
La cooperación es tan vital para los intereses de Estados Unidos como lo es para Cuba, asegura Angulo-Valdés. Los dos países están separados por solo 140 km (90 millas) de agua, y las aguas cubanas proporcionan zonas de desove para especies de pargos, meros y otros peces de arrecife comercialmente importantes en los Estados Unidos. Mantener un número saludable de algunas lucrativas especies en el sur de Florida, por ejemplo, depende de la protección de las mismas en aguas cubanas, donde desovan.
Las reformas son la primera revisión importante de las leyes de pesca de Cuba en más de 20 años y un paso importante para la preservación de algunos de los ecosistemas marinos más importantes del mundo, dijo Dan Whittle, director caribeño del Fondo de Defensa Ambiental (FED) con sede en Estados Unidos, que ha trabajado con Cuba en conservación y pesca sostenible y ha negociado varios de sus acuerdos ambientales clave con los Estados Unidos.
"Estas leyes también nivelan el campo de juego porque ahora los Estados Unidos pueden decir que sus vecinos están usando los últimos avances de la ciencia", dijo Whittle.
A pesar de tener algunos de los ecosistemas marinos mejor conservados del mundo, Cuba ha visto una disminución de las poblaciones de peces, incluidas especies comerciales clave como el mero y el pargo. "Los recursos marinos no estaban bien, casi el 80% estaban en estado crítico. La antigua ley no cubría el sector privado y no estaba funcionando" --asegura Angulo Valdés.
Las nuevas leyes tienen como objetivo frenar la pesca ilegal, recuperar las poblaciones de peces y proteger la pesca en pequeña escala, con un uso cada vez mayor de métodos para evaluar qué especies son más vulnerables, incluso cuando los datos científicos sobre poblaciones específicas son escasos. Las leyes también separan la pesca deportiva y recreativa y ponen la tarea de los pescadores bajo la administración del Ministerio de la industria alimentaria (Minal).
Una característica clave es un nuevo marco de licencias para el creciente sector privado de la pesca comercial en Cuba. Establecido en 2009 para aumentar la producción de mariscos y crear empleos, este sector ahora cuenta con 18,000 pescadores comerciales privados que operan en más de 160 puertos pesqueros para proporcionar mariscos a los mercados estatales, que sin embargo muchas veces no llegan a la mesa del cubano de a pie.
Después de que el ex presidente Barack Obama normalizara las relaciones con Cuba en 2014, los países firmaron acuerdos ambientales históricos y en 2017 firmaron un pacto para prevenir y limpiar conjuntamente los derrames de petróleo en el Golfo de México, poco antes de que Trump asumiera el cargo.
En el último año, Trump ha endurecido el embargo económico de Estados Unidos en la isla caribeña imponiendo restricciones a los viajes turísticos, después de años de un auge en los intercambios entre Estados Unidos y Cuba.
En mayo, Associated Press dijo que las restricciones comenzaron a perjudicar la cooperación científica e informó que Patricia González, directora del Centro de Investigación Marina de la Universidad de La Habana, dijo que a los oceanógrafos cubanos se les concedían menos visas para viajar a los Estados Unidos y que algunos de sus colegas estadounidenses estaban preocupados por las represalias que podían sufrir si viajaban a la isla.
El pasado aislamiento de Cuba fue un factor en la preservación de sus impresionantes arrecifes de coral, incluidos sus famosos Jardines de la Reina, un parque nacional que cubre 850 millas cuadradas, y que fue bautizado por Cristóbal Colón para honrar a la Reina Isabel I de España.
"Incluso antes de la nueva ley, el país tenía algunas de las estrategias de conservación más exitosas del mundo", dijo Valerie Miller, del Fondo de Defensa Ambiental. “Cuba estaba hablando del cambio climático años antes que muchos otros y se mantuvo a la vanguardia en las estrategias de conservación. Tiene un arrecife de coral extremadamente saludable con la mejor biodiversidad del mundo ".
Whittle asegura que las nuevas reformas "son importantes para el pueblo de Cuba, pero también son un paso significativo en los esfuerzos internacionales para preservar algunos de los arrecifes de coral, tiburones, rayas y otras especies marinas consideradas entre las más importantes del mundo".