Cuba combate desde hace varios días un incendio forestal de grandes proporciones en una zona del Parque Nacional, Alejandro de Humboldt, en la región oriental del país, según el gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez en su cuenta de la red social Twitter.
El mandatario precisó que, desde hace algunos días, fuerzas del Cuerpo de Guardabosques y autoridades ambientales de las provincias de Holguín y Guantánamo combaten el siniestro en áreas de ese importante sitio para la conservación de la biodiversidad.
Las propias características del lugar —abundante vegetación y difícil acceso— y la intensa sequía que azota tanto a este territorio como al resto del país dificulta sobremanera el control del fuego en un sitio emblemático del paisaje cubano.
El Parque Nacional Alejandro de Humboldt está considerado como el área natural protegida más importante de la isla, no solo por poseer la mayor riqueza y endemismo del país, sino porque allí se encuentra el más grande remanente de los ecosistemas montañosos conservados en Cuba.
Ubicado al norte de las provincias de Holguín y Guantánamo, tiene una superficie de 79 680 hectáreas y sus niveles de biodiversidad y endemismo están catalogados como los mayores de las Antillas y entre los máximos del mundo.
En esa zona se concentra el dos por ciento de las especies de flora de la tierra, entre los cuales 905 son especies endémicas, casi el 30% de las reportadas en el país.
Por sus valores fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el 2001 y es el núcleo principal de la reserva de la biosfera Cuchillas del Toa (ocupa más de la mitad de su área total), la mayor y más valiosa de las cuatro existentes en la nación caribeña.
Según Cubadebate, el Departamento de Manejo de Fuego del Cuerpo de Guardabosques (CGC) de Cuba alertó en marzo pasado que de enero a esa fecha habían ocurrido en el país 94 incendios que dañaron 818 hectáreas de bosques naturales y plantados.
En esa ocasión, el CGC señaló que en la provincia de Guantánamo habían ocurrido solamente dos incendios que afectaron una superficie de 342 hectáreas.
El origen de esos fuegos se atribuyó a quemas para varios fines, el tránsito de vehículos sin matachispas, y las acciones de pescadores-cazadores furtivos, los fumadores irresponsables y transeúntes.
