Cuatro compañías de crucero establecieron acuerdos “tras bambalinas” con empresas cubanas durante el deshielo de la era Obama que violan las limitaciones establecidas por el embargo, informó este 14 de febrero El Nuevo Herald.
Aunque la política de Obama incluía viajes de estadounidenses a la isla para ayudar a los nacionales a independizarse del Estado, las compañías Carnival, Royal Caribbean, Norwegian y MSC Cruises firmaron acuerdos que no parecían cumplir con las reglas sobre los viajes a Cuba.
Carnival registró en 2018 una subsidiaria en la Cámara de Comercio de Cuba con el propósito de “realizar actividades comerciales relacionadas con el turismo”, y firmó un memorando de entendimiento con Gaviota, empresa turística propiedad de los militares cubanos, para la prestación de “servicios turísticos”.
Royal Caribbean incluso hizo consultas con una agencia legal del gobierno cubano para obtener permisos para abrir y operar casinos en Cuba, según los documentos obtenidos por el diario floridano.
Tras el análisis de los mismos, El Nuevo Herald estima en 1100 millones de dólares las ganancias obtenidas por estas empresas entre 2016 y 2019, mientras duró el “boom” de los viajes a Cuba. Por otro lado, el régimen de la isla se embolsó 138 millones de dólares.
Las componendas entre las compañías de viajes y La Habana salieron a la luz cuando la empresa Havana Docks, con sede en EE.UU., denunció que las navieras estaban usando ilegalmente sus muelles en La Habana, confiscados por Fidel Castro en 1960.
“El fallo de un juez terminaría por confirmar los peores temores de muchos cubanoamericanos y funcionarios públicos del sur de la Florida: que los viajes bajo la categoría de contacto ‘persona a persona’ fueron una cortina de humo para justificar el turismo ilegal que enriqueció las arcas de Cuba, ayudando a financiar un régimen represivo”, precisó el medio.
La Ley Helms-Burton, aprobada en 1996, codificó muchas de las reglas que constituyen el embargo contra Cuba. Su Título III, puesto en vigor por primera vez en el 2019 por el presidente Donald Trump, permitió a Havana Docks demandar a las líneas de cruceros por presunto uso de sus bienes confiscados.
El viaje de estadounidenses a la isla con fines turísticos es ilegal, de acuerdo con las normas vigentes del embargo, pero al parecer, las compañías de cruceros utilizaron resquicios legales para burlar esa norma.