El olor de la decadencia se respira en cada rincón de Cuba. "Algo va a pasar", dicen algunos; "ojalá que pase", desean otros, mientras el régimen insiste en que "nadie piense que las horas de la Revolución están contadas", como titula el periódico Escambray una entrevista a Moisés Rodríguez Quesada, agente de la Seguridad del Estado.
La protesta que a finales de noviembre desarrollaran artistas y activista en una casona de La Habana Vieja, exigiendo la excarcelación del rapero contestatario Denis Solís, se replica de muchas maneras en diferentes lugares del país y el mundo.
Ante la solidaridad hacia Denis y los que protestaron en La Habana pidiendo su liberación los órganos de represión del régimen no han podido hacer otra cosa más que recurrir a sus medios de propaganda e iniciar una campaña mediática de difamación contra los miembros de MSI y sus colaboradores, mientras intenta sembrar la matriz de opinión de que tienen la situación bajo control.
En su entrevista Moisés Rodríguez Quesada intenta descalificar la legitimidad de la protesta con el viejo cuento de la injerencia del gobierno de Estados Unidos, como si los cubanos no fueran capaces de oponerse a la injusticia por iniciativa propia, pero el propio titular que encabezas sus palabras, "nadie piense que las horas de la Revolución están contadas", delata el temor del castrismo ante la realidad de los que se avecina: los cubanos han comenzado a caminar hacia la libertad, y para eso la dictadura tiene que caer.
Para tratar de darle peso a sus palabras, Rodríguez Quesada intenta vincular al Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, Timothy Zúñiga-Brown, con los huelguistas de Damas 955, como si estos respondieran a un plan dictado desde el país norteño, y obviando que muchos de ellos llevan varios años siendo víctimas de la exclusión y la represión del régimen, o como si la encarcelación arbitraria de Denis Solís hubiera sido realizada por el gobierno estadounidense.
Incluso afirma, que todo lo relacionado con las protestas a favor de la liberación del rapero cubano y en contra de la dictadura está financiado por el gobierno norteamericano. El mismo discurso de siempre que ya nadie se cree, y en este caso menos, porque el mundo entero ha podido ver cuáles son las condiciones de vidas de estos artistas y activista, y no son las mejores.
Para como están las cosas en este momento, pareciera que al castrismo no le queda más opción que rendirse, aunque con su historial de violencia es muy probable que antes suma al país en el caos, porque perro viejo no aprende trucos nuevos, y porque hay fieras que cuando se saben heridas de muerte no dudan en desatar todo su odio y maldad.