“Suelta el teléfono o te lo tiro pal piso, mi hermano. Me hace falta que borres la foto que tiraste porque no me da la gana”— así me dijo un vendedor de un puesto de pan con carne de cerdo, justo en el Prado del municipio Cruces, en Cienfuegos, que celebró sus fiestas populares o carnavales hasta este domingo.
El vendedor, al cual apodan “el Cuso”, cumplió su promesa. En un descuido durante el forcejeo, el atacante tomó mi teléfono celular y lo tiró contra el pavimento, dañándole la pantalla y el “cover”.
Pero ¿por qué hacía yo esa foto y por qué la reacción furiosa del vendedor? Resulta que este, como el resto de los puestos de venta de comida autorizados a vender en los carnavales de Cruces, aparentemente había olvidado los precios topados, establecidos por el gobierno cubano hace algunos meses.
El gobierno de La Habana ponía entonces un techo los precios de productos algunos productos alimenticios como refrescos de producción nacional, jugos y panes con jamón, el precio de los productos agropecuarios y la carne de cerdo, y también las tarifas de los medios de transporte particulares.
El Consejo de la Administración Provincial, (CAP), de Cienfuegos, así como todos los Consejos de la Administración del país, evalúan periódicamente las medidas adoptadas por el gobierno cubano con las Resoluciones 301 y 302 del 2019.
Estas resoluciones facultan a los CAP para regular los precios máximos sobre los productos que comercializan los trabajadores por cuenta propia y las cooperativas no agropecuarias, y que— según declaran—, buscan proteger a la población ante una posible subida de precios, derivada del aumento del salario en el sector presupuestado y la crisis de desabastecimiento que atraviesa el país.
La provincia de Cienfuegos estableció estas medidas mediante el Acuerdo 235/ 2019.
El pasado mes de agosto la ciudad cabecera celebró sus carnavales anuales, que recibieron elogios del gobierno por su buena organización, la excepcional logística demandada para la ocasión y el cumplimiento estricto de la política de precios topados.
En esas fiestas, cienfuegueros y visitantes pudieron consumir pollo frito a 10.00 CUP, el pan con carne de cerdo a 5.00 CUP, cerveza de botella de producción nacional a 10.00 CUP, y otros productos de alta demanda a los precios fijados por las autoridades.
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Pero en Cruces no fue así. A solo dos meses de entrar en vigor las regulaciones, los vendedores de los productos antes mencionados ya no recuerdan que estas existen, o bien las ignoran a propósito…
Mi atacante, por supuesto, tenía miedo. No le convenía que yo tuviera una foto de su puesto de venta con un cartel anunciando pan con carne de cerdo 10.00 CUP. Quizás pensó que la fotografía podría llegar a Facebook, o que lo denunciaría ante la policía, que en estos casos pasa por los puestos de venta sin prestarle atención al asunto. Pero no, no lo denuncié; me subió repentinamente la presión y terminé en el policlínico de la localidad.
En los carnavales de Cruces la cerveza Cristal, de producción nacional, se vendía a 40 o 50 CUP, cuando el precio autorizado para su venta por cuentapropistas es de 30 CUP. El algodón de azúcar, por ejemplo, ya no cuesta 1 peso, sino 5, y ni hablar de las confituras. Los padres tienen que hacer malabares para complacer a los pequeños.
Del mismo modo, muy pocos pobladores pudieron disfrutar de las manzanas, que subían su precio en las noches a 50 CUP como por arte de magia, y un vasito desechable lleno de uvas, fruto “en peligro de extinción” en Cuba, costaban entre los 20 y 25 CUP. En cada uno de esos vasitos solo caben entre 10 y 12 uvas, aproximadamente.
Por todo el Prado de Cruces había grupos de inspectores de la Empresa de Comercio y Gastronomía, y también del Ministerio de Salud Pública, para velar por la inocuidad de los alimentos. Pero esto cambió la situación.
En el mes de agosto, el diario Granma publicó un artículo del periodista cienfueguero Julio Martínez Molina, titulado Aplican medidas a cuentapropistas que eluden los precios topados en Cienfuegos. El reportero enunciaba en su nota que hasta el 10 de agosto ya se habían aplicado cerca de 100 multas por un valor de 51 570 CUP a trabajadores cuentapropistas que habían burlado las medidas del gobierno sobre los precios topados.
Pero los carnavales en Cruces transcurrieron como si ninguna medida hubiese tomado el gobierno para proteger a la población de la especulación con los precios. Las broncas tampoco faltaron por lo que la brigada de “Boinas Negras” hizo su trabajo habitual. Los precios dolieron en los bolsillos y hasta subían en las noches.
Mi atacante, mientras tanto, y a pesar de romperme el teléfono, presumiblemente seguirá vendiendo sus panes con carne de cerdo al precio que mejor le conviene, porque en Cuba casi nadie, ni siquiera los pobladores abusados denuncian lo mal hecho.