Autoridades "llamaron la atención" a 52 mil holguinero por mal uso del nasobuco

Autoridades de la provincia de Holguín, en el occidente de Cuba, han reportado más de 52 mil amonestaciones a personas que o no llevaban puesto el nasobuco
Un cubano se cubre con su nasobuco, en La Habana
 

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Más de 52 mil cubanos han sido reprendidos por las autoridades de la provincia de Holguín, en el oriente del país, por no llevar puestos el tapabocas o nasobuco, y se han procesado 157 denuncias por “propagación de pandemia” que han acabado en multas, trabajo correccional o incluso privación de libertad.

Así lo informó la emisora oficialista Radio Holguín, este lunes, y citó al jefe del departamento de Procesos Penales de la Fiscalía Provincial, Reynaldo Castellano Pérez, quien confirmó esas cifras.

El reporte dijo que a pesar de no reportarse desde hace más de un mes casos positivos de la COVID-19 en la provincia de Holguín, las autoridades mantienen estricto seguimiento a las medidas de protección a fin de contrarrestar hechos de indisciplinas sociales que puedan originar rebrotes de la pandemia.

El informe señaló que entre las mayores infracciones cometidas en los últimos días, están la aglomeración de personas en zonas comunes, fiestas y celebraciones colectivas, las salidas a ríos y playas, así como el no uso del nasobuco en lugares públicos.

 

Sobre las 157 denuncias por “propagación de pandemia”, la policía del régimen cubano ha estado echando mano de esa justificación para detener a activistas políticos, según han publicados medios de prensa independientes, entre ellos ADN Cuba.

Por ejemplo, la activista política Keilylli de La Mora Valle fue encarcelada el 4 de junio por la Justicia del régimen cubano, precisamente acusada de “propagación de epidemias”, “desacato”, “atentado” y “desobediencia”, aunque la oposición señala que todo se trató de un encarcelamiento por motivos políticos, para acallar su activismo contra el régimen.

Ella ha sufrido afectaciones a su salud debido a la huelga de hambre que inició en su encierro, para presionar por su libertad, pues se declara inocente y, también, una presa política.

“Yo soy inocente y voy a plantarme desde que me lleven para allí, porque no me han dejado alternativa para reclamar justicia”, declaró ese 4 de junio, y anunció que iniciaría una huelga de hambre, a pesar de que ella padece de gastritis y esofagitis, y la falta de alimentos con toda seguridad le iba a perjudicar su salud.

 

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