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El biólogo y ecologista cubano Ariel Ruiz Urquiola comparecerá ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, después de cinco días de huelga de hambre frente a la sede de ese organismo en Ginebra, Suiza, anunciaron personas cercanas a él este 26 de junio.
Omara Ruiz, su hermana, y la líder opositora Rosa María Payá, mostraron el documento que envió una organización humanitaria a Urquiola como constancia de su victoria. El activista se encuentra en las afueras del Palacio Wilson, donde radican las oficinas de la Alta Comisionada Michelle Bachelet, a quien dirigió una carta de protesta.
Según Payá, el lunes próximo se hará oficial la noticia, pero por el momento el opositor pondrá fin a su ayuno, que comenzó el 22 de junio. Con esta oportunidad, Urquiola podrá exponer su caso en un foro de gran importancia política.
Entre sus objetivos está declarar que fue arrestado arbitrariamente entre junio y julio de 2018, un suceso que provocó la atención de la comunidad internacional, aunque no fue el único episodio de acoso contra él. Ariel denunció que le inocularon el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en la cárcel. Esa es la razón fundamental de su protesta frente a las oficinas de la ONU.
El experto cubano pide a la oficina dirigida por Bachelet que “cumpla con la máxima que está inscrita en sus deberes y objetivos, que es ser garante de los derechos humanos y de expresión de las víctimas, aún más de la protección y el cuidado sin estigmatizaciones de los pacientes de VIH”.
Hasta la mañana de hoy, el biólogo y sus compañeros mostraban escepticismo, ya que en anteriores ocasiones no había sido escuchado por el organismo: “En 2017 toqué esa puerta, entregué documentos y me atendieron fuera, en la verja, porque los cubanos somos ciudadanos de segunda categoría ante el Alto Comisionado”, aseguró a la agencia española.
Ruiz Urquiola fue expulsado en 2016 del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de la Habana por exponer las malas prácticas ambientales del régimen. Más tarde en 2018 lo condenaron a un año de prisión por desacato. Ruiz Urquiola respondió a su juicio con una huelga de hambre y sed de 16 días.