Académicos piden ley de Empresas en Cuba
Académicos cubanos pidieron hoy una ley que regule y proteja la propiedad privada, durante el cuarto Encuentro Internacional de Gestión Empresarial, auspiciado por la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba.
La doctora Ileana Díaz González señaló que no hay ningún documento que defina al trabajo por cuenta propia. Y aún no se acaba de definir qué se entiende por micro, pequeñas y medianas empresas, en un contexto en el que todavía no hay una Ley de Empresas.
La especialista abogó por la creación de una entidad que incentive, regule y fomente las pequeñas y medianas empresas, y porque se les valide jurídicamente. Y se pronunció por eliminar el exceso burocrático de documentos y de trámites en ese sector, según comenta el diario Juventud Rebelde.
A su juicio, es necesario revisar las tasas del sistema impositivo hacia los propietarios privados, de manera que haya un tratamiento diferenciado por el tamaño, el sector y el territorio del negocio; desarrollar la interoperabilidad de la Banca, el sistema comercial y el impositivo y crear entidades especializadas en el microcrédito.
Otros académicos señalaron la necesidad de superar la obsolescencia tecnológica, que limita la competitividad, la calidad y los valores agregados de las exportaciones, las que operan más por la existencia de programas gubernamentales que por las propias acciones y emprendimientos empresariales.
Otras limitantes para el fomento exportador son la dualidad monetaria y cambiaria que aún entorpece y distorsiona la actividad económica empresarial, y las tensiones que acarrean la falta de liquidez externa del país y la centralización de las divisas, para un suministro oportuno de los insumos importados que se requieren en pos de sostener las exportaciones.
El doctor Humberto Blanco, del Centro de Estudios de la Economía Cubana, insistió en los impedimentos e inhibiciones que generan los vacíos y restricciones en el marco legal, las trabas producto de la verticalidad de la planificación, la carencia de infraestructuras y la baja tasa de inversión, las barreras de entrada al sector no estatal.
Se requieren, expresó, enfoques estratégicos en la dirección empresarial, más fomento y apoyo, y no solo ceñirse a la regulación y el control, y una Ley de Empresas que valide y sustente las autonomías y probidades de las entidades exportadoras.
En resumen, se precisan cambios en el contexto institucional y en el tejido y gestión empresariales, para modificar la estructura exportadora, refirió.