Según trabajadores de la salud que solicitaron el anonimato, un brote de sarna noruega o sarna costrosa —la forma más virulenta de la enfermedad— se expande por los municipios capitalinos y las provincias del país.
Los medicamentos para combatirla como la permetrina, el lindano, el benzoato de bencilo, el crotamiton y otros por vía oral, están en falta en las redes farmacéuticas, al igual que los artículos de aseo personal y los detergentes. Se está recetando, según médicos consultados, hojas de guayaba para sustituir los medicamentos.
La infestación de esta dermatosis recuerda los años de la primera temporada del Periodo Especial, años 90, cuando las mismas escaseces causaron que se saliera de control este padecimiento altamente contagioso, y donde hubo casos de personas que recurrieron a desinfectantes de baños y pisos, como la “creolina” y el pino-aroma para aliviarse la picazón.
Acorde a la etimología, el acaro Sacoptes scabiei o “arador de sarna” es el causante de la enfermedad. Se considera una afección cosmopolita y extremadamente contagiosa trasmitida por personas que viajan con frecuencia. Se trasmite por contacto directo o a través de prendas, ropas, sábanas, etc. También se puede adquirir por el contacto con animales domésticos infectados, como perros y gatos.
Se incuba entre cinco y 15 días. La sarna noruega es la más agresiva de todas y suele reproducirse 60 días después de curado el enfermo. El principal síntoma es la insistente picazón, la cual se intensifica durante la noche. Las lesiones más frecuentes son las pápulas eritematosas y costras hemáticas.
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El acaro puede vivir hasta 30 horas por lo que la ropa debe desinfestarse con agua hirviendo o exponiéndola al sol por cuatro horas. La sarna noruega puede acumular más de 1400 ácaros por centímetro cuadrado.
Está enfermedad fue descubierta en 1848 en enfermos de lepra y se consideró una infección rara hasta la década de los 80 del siglo pasado, cuando la pandemia del SIDA incrementó los casos. Sus principales víctimas son pacientes inmune deprimidos o con enfermedades crónicas.