Que el gobierno de Cuba espía en muchísimos confines del mundo es un secreto a voces. Embajadas y consulados de la mayor de las Antillas sirven como tapaderas a la amplia red que la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior despliega en muchos países con el objetivo de obtener información de interés para La Habana, ya sea para su sobrevivencia como régimen o como bazas importantes para influir en decisiones internacionales importantes.
España es uno de esos países en los que están desplegados los brazos del espionaje antillano. El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ibérico está muy al tanto de ello, pero no libra una guerra frontal contra el asunto porque “La Habana y Madrid mantienen relaciones diplomáticas plenas y reconocer sin ambages que Cuba espía en España es un asunto muy embarazoso”.
Así lo destaca el periodista Melchor Sáiz-Pardo del medio español Las Provincias, en un artículo realizado a propósito del reciente descubrimiento de que España negó la nacionalidad a un matrimonio cubano porque realizaban labores de espionaje de alto nivel.
“El CNI ha tenido que dar ese paso y revelar públicamente la existencia en territorio nacional de un entramado de espías a sueldo del Gobierno de la isla caribeña. 'La Casa' se ha visto forzada a enseñar sus cartas con un buen motivo: era su única y última opción para evitar que un matrimonio de agentes castristas consiguiera la nacionalidad española”, señala el autor.
De la noticia también dio cuenta El País este sábado. Según informó, “la Audiencia Nacional ha confirmado la decisión del Ministerio de Justicia de denegar la nacionalidad española a un matrimonio cubano residente legalmente en España desde 2012 por colaborar con el espionaje de La Habana”.
Fue el CNI quien, durante la tramitación del expediente de naturalización de la pareja, se opuso a que se le concediera la nacionalidad por “razones de seguridad nacional”. El informe del órgano de inteligencia español alega que la ciudadana cubana, de 38 años, “realiza distintas actuaciones en favor de los oficiales de inteligencia de alto nivel asentados en España”, al igual que su marido.
“Hay constancia de su asistencia a reuniones de diferente índole del interés de la inteligencia cubana sobre las que mantiene posteriores reuniones con los OI [Oficiales de Inteligencia cubanos]. Posteriormente, niega en círculos próximos el haber mantenido estos contactos y actividades. Estas actuaciones en favor de los servicios cubanos cabe situarlas desde 2010 hasta la actualidad”, sostiene el informe del CNI.
En abril de 2016 el CNI tuvo que desvelar también informes ante los tribunales de la Audiencia Nacional para evitar que espías cubanos se convirtieran en ciudadanos españoles. En esa ocasión el servicio secreto manifestó que vigilaba a un empresario cubano, asentado en Valencia desde 2000, por haber pasado “informes a oficiales de inteligencia cubanos destacados en el consulado de Cuba en Barcelona”.
El empresario, formado en la escuela de Contrainteligencia de Cuba, no obtuvo la ciudadanía, al igual que el matrimonio, por las alertas del CNI, que además detalló que éste espió a altos cargos de la Generalitat valenciana con la ayuda de un periodista español, resalta el reporte de Las Provincias.