Una pareja gay de cubanos que buscan asilo político en EEUU denuncian que fueron discriminados desde su llegada a ese país.
Según publicó Splcenter, el cubano Mateo (nombre cambiado para proteger identidad), se unió a una protesta pacífica en el patio de las instalaciones y las decenas de migrantes fueron golpeados con porras de goma, gas pimienta y cubiertos con un irritante químico en polvo.
Después de la represión -agrega el medio- los colocaron en celdas de castigo pequeñas y no les permitieron comer, ni beber agua, ni bañarse durante 24 horas.
"Dormimos empapados y cubiertos de barro. Pensé que me iba a sofocar en esa celda. Teníamos que quedarnos callados. No pudimos hablar. Y a nadie se le dieron actualizaciones sobre sus casos", expresó el joven de 30 años.
De acuerdo con este sitio, Mateo y su compañero huyeron de Cuba debido a los malos tratos que recibían por parte de la policía del régimen, pero desde que llegaron a Estados Unidos, la discriminación también ha sido constante.
Cuentan que los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) se burlaron de su orientación sexual y los transportaron en una hielera, donde pasaron 11 días con pan y agua apenas.
Posteriormente ambos fueron separados y a su esposo ya le dieron asilo, pero a Mateo no.
La apertura de nuevos centros de detención que son gestionadas por empresas privadas, casi todas enclavadas en los estados de la nación más estrictos contra los inmigrantes, favoreció que el número de indocumentados tras las rejas aumentara de manera ostensible.
Hasta septiembre anterior se habían abierto seis centros en Louisiana y dos en Mississippi. En total, estos dos estados poseen 13 instalaciones de ese tipo.
Según la web informativa Mother Jones, hasta ese mes, ICE mantenía en prisión a unas 55.220 personas a pesar de que el Congreso le ordenó reducir los detenidos.