Critican en medio oficialista a profesores que piden “regalitos”

Aunque la crítica tiene sus razones, deja de lado los bajos salarios de los profesores. Ese factor explica, si bien no justifica, el comportamiento de los maestros en las escuelas
 

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La prensa oficialista critica a los profesores y otros educadores que reciben o exigen regalos de sus alumnos, una mala práctica que, sin embargo, tiene un trasfondo económico obviado por el periodismo oficial.

“En nuestro entorno escolar y universitario la costumbre, o mejor, la mala costumbre (…), se abre paso desenfrenado: me refiero a la entrega de regalos a maestros, profesores, tutores, oponentes y miembros de los tribunales académicos por los alumnos, sin distinción de rangos ni de títulos conquistados”, asegura el diario Trabajadores.

“Eso es algo que ya existe como norma y se está saliendo de dimensiones ‘normales’. Sé incluso de lugares donde los maestros piden como si debiera ser así y no surgir del libre albedrío o el simple agradecimiento por cumplir su trabajo”, comenta una lectora del medio citada para reforzar su postura.  

En el texto, el periodista Arturo Chang pide más control y normativas más estrictas para evitar que esa práctica lícita, pues no está penada por la ley, entre a causes “normales” o desaparezca.

Aunque el pedido tiene sus fortalezas, lo cierto es que deja de lado razones de fondo, en especial, los bajos salarios de los profesores, insuficientes para vivir. Ese factor explica, si bien no justifica, el comportamiento de maestros y auxiliares en las escuelas cubanas.

El deterioro de la educación en general, no sólo de los salarios de sus profesionales, es otro síntoma del desastre económico del país. A los bajos salarios se suman la falta de medios escolares, las escuelas sin reparación ni mantenimiento y la disminución del nivel intelectual de los profesores. Muchos de ellos recurren a las clases particulares pagadas para sobrevivir.

A pesar de todo, quedan restos de probidad en el profesorado. Un comentarista de Trabajadores citado en el artículo declaró:

“No todos los educadores piden regalitos. Estoy ahora mismo en la actividad de homenaje a las maestras de mi nieto Arielito, en la escuela Mártires del Moncada, en Ciro Redondo, Ciego Ávila, en cuya aula los padres o abuelos, por iniciativa propia, crearon una valija e hicieron regalos de forma independiente a las maestras de preescolar. Cada quien regala de acuerdo a sus posibilidades, en agradecimiento a quienes educan”.

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