Analistas coinciden que una de las primeras acciones del nuevo primer ministro Manuel Marrero debería ser encontrarse en Villa Clara y Las Tunas con los familiares de los dos médicos cubanos secuestrados, antes de despedir 2019.
Pese al mensaje de tranquilidad que hace 10 días brindaron las autoridades cubanas sobre la suerte de los médicos Landy Rodríguez y Assel Herrera – siempre como caja de resonancia de los reportes oficiales kenyanos -, los seres queridos de los dos galenos deben estar sufriendo las peores Navidades de sus vidas, al igual que los doctores.
La prensa oficial cubana no parece tener en su agenda de fin de año entrevistas con las esposas y padres de los médicos.
Su violento rapto en Mandera el 12 de abril,- un sitio del cual ellos ya habían expuesto sus preocupaciones sobre su seguridad personal, según trascendidos– debe haber puesto en severo análisis la decisión de haberlos ubicados en ese lugar cerca de la porosa frontera de Kenia y Somalia país adonde fueron llevados hace ocho meses y medio.
“Las autoridades kenyanas ratificaron que ambos médicos, Assel Herrera y Landy Rodríguez, se encuentran bien y que continuarán sus esfuerzos, al igual que los que realiza nuestro país, por su regreso seguro a Cuba”, afirmó hace 10 días la vicepresidenta cubana Inés María Chapman, en medio de las presiones destapadas por la población y por la prensa alternativa en Internet para quebrar el secretismo sobre un tema tan sensible.
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Lamentablemente las últimas informaciones recabadas por ADN Cuba dan cuenta que el terror del grupo islamista Al- Shabaab, que tiene en su poder a los cubanos según se afirma, sigue imperando en Mandera y en sus inmediaciones.
Las autoridades de la zona están convocando a reuniones transfronterizas conjuntas entre las comunidades que viven en Kenia y la vecina Somalia “en un intento por combatir el aumento de los casos de extremismo violento.” informó el Daily Nation hace unas horas.
El condado de Wajir, contiguo a Mandera ha experimentado cinco ataques terroristas en los últimos tres meses, el récord más alto en los últimos tiempos.
Cuatro trabajadores de la construcción fueron secuestrados el martes por presuntos militantes de Al-Shabaab en esta región.
Este ataque se produjo apenas dos semanas después de que los extremistas violentos mataran a 11 personas. Entre las víctimas había ocho oficiales que regresaban a sus estaciones de trabajo en Mandera. En junio siete oficiales fueron asesinados en una emboscada con explosivo.
Esta región norte de la frontera se ha convertido “en un escenario perfecto” para los ataques de la banda franquicia de Al-Qaeda con sede en Somalia.
Según el Standard Digital de este jueves 26 de diciembre, el comisionado del condado de Wajir, Jacob Narengo, dijo cuando se le preguntó sobre el paradero de los secuestrados, que actualmente están en manos de sus raptores, y agregó que han comenzado reuniones conjuntas con los ancianos locales para “garantizar su regreso seguro al país.”
En cuanto al ribete internacional de los últimos secuestros, además de los dos médicos cubanos, actualmente hay constancia de otras dos personas directa o indirectamente secuestradas por el grupo yihadista: una enfermera alemana del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) capturada en mayo de 2018 en Mogadiscio y una voluntaria de la ONG italiana África Milele Onlus en el condado keniano costero de Kilifi, cinco meses más tarde.