* Un texto de Ana León
LA HABANA, Cuba. – El pasado 25 de noviembre los tenientes Ernesto y Elizabeth de la Seguridad del Estado estuvieron vigilando mi casa. Achaqué su presencia al tercer aniversario luctuoso de Fidel Castro y a la celebración de la Jornada Internacional contra la Violencia de Género; una fecha que en Cuba transcurrió con episodios de represión, preludio de lo que acontecería el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, en el cual tendría lugar también la llamada “Protesta de los Regulados”, convocada a través de las redes sociales.
Desde la víspera, 9 de diciembre, los agentes Elizabeth y un desconocido se apostaron en la esquina de mi cuadra; se asomaron incluso a la puerta de mi edificio y pudieron percibir que me hallo a pie de obra en la ingrata tarea de reparar el baño. No entraron a mi casa en todo el día; pero pasadas las 8:00 pm, cuando yo salía, la teniente Elizabeth me abordó.
Sospeché que estaba allí debido a la Protesta, pues me encuentro en esa lista de alrededor de 200 “castigados” que no pueden viajar; en mi caso, desde mayo de 2018. Por lo claro le dije que no asistiría porque no me interesaba, y no quería a nadie prohibiéndome salir de mi casa cada vez que necesitara comprar alguna pieza de plomería.
Pareció conforme y se fue. Pero al día siguiente, mientras yo recorría las desprovistas ferreterías estatales, la agente Elizabeth tocó a mi puerta y aprovechando mi ausencia entabló conversación con mi mamá; tal como en enero de este mismo año lo hiciera su colega de represión, el teniente Ernesto. Esta vez no hubo amenazas, según me contó mi madre. La teniente fue muy cordial y en aproximadamente media hora lanzó el obligatorio segmento de difamación contra mi colega Augusto César San Martín, e insistió en que yo podría disfrutar de muchas ventajas si trabajara para ellos.
*Ana León
Anay Remón García. La Habana, 1983. Graduada de Historia del Arte por la Universidad de La Habana. Durante cuatro años fue profesora en la Facultad de Artes y Letras. Trabajó como gestora cultural en dos ediciones consecutivas del Premio Casa Víctor Hugo de la Oficina del Historiador de La Habana. Ha publicado ensayos en las revistas especializadas Temas, Clave y Arte Cubano. Desde 2015 escribe para Cubanet bajo el pseudónimo de Ana Léon.