El Centro para una Cuba Libre (CFC, por sus siglas en inglés) mostró preocupación por el resultado que puedan tener las nuevas medidas del gobierno de Estados Unidos, y afirmó que el llamado “intercambio educativo” con instituciones de la isla, en vez de servir para empoderar a los ciudadanos, es “usado por el régimen cubano para reclutar espías”.
El 16 de mayo la Administración Biden anunció nuevas medidas en la política hacia Cuba que incluyen, entre otras, autorizar el aumento del envío de remesas, el restablecimiento de vuelos a provincias de la isla además de La Habana, y el procesamiento de visas en la Embajada de Estados Unidos. También confirmaron que harían cambios en las normas “para restablecer los viajes grupales de persona a persona y otras categorías de viajes educativos grupales, así como ciertos viajes relacionados con reuniones profesionales e investigación profesional”.
Según advierte el CFC en una declaración, “en cuanto a la seguridad nacional estadounidense, los intercambios educativos han sido utilizados por La Habana para reclutar espías, chantajear a los estadounidenses e insertar a funcionarios de inteligencia en conferencias académicas para que actúen como agentes de influencia y para espiar”.
La institución, con sede en Washington, cuestiona a la Administración Biden “por qué querríamos ampliar las oportunidades para estas actividades”. Al Centro “le preocupa que el momento de estas medidas le dé luz verde al régimen de Castro para que continúe intensificando su represión contra el pueblo cubano, le proporcione al ejército y a la policía secreta más recursos para llevarla a cabo y tenga un impacto negativo en la seguridad nacional de los Estados Unidos”.
Según la entidad, “este no es el momento para que adoptemos un régimen que se ha opuesto a los esfuerzos diplomáticos de EE. UU. en otros lugares, incluido el más reciente en Ucrania”. Señala que un día antes del anuncio de las medidas “la dictadura cubana aprobó un nuevo código penal que castiga aún más a los periodistas independientes y defensores de los derechos humanos (…). ¿Es este el momento adecuado para hacer concesiones unilaterales, una vez más, a una dictadura militar?”
Una opinión similar a la del CFC expresó en un comunicado Bob Menéndez, senador demócrata de origen cubano. El político rechazó la decisión de restablecer la autorización para algunos tipos de viaje que el expresidente Donald Trump había restringido, como aquellos con supuestos fines educativos o profesionales, así como los de grupos de estadounidenses que harían contactos con el pueblo cubano.
De acuerdo con Menéndez, presidente del comité de Exteriores del Senado, esos viajes equivalen a turismo regular, oficialmente prohibido para los ciudadanos estadounidenses por el embargo económico al régimen comunista. “Seamos claros, aquellos que aún piensan que incrementar los viajes servirá para fomentar la democracia en Cuba están simplemente negándose a reconocer la realidad”, afirmó el senador demócrata.
El Departamento de Estado aseguró en un comunicado que estas medidas fueron tomadas para “aumentar el apoyo al pueblo cubano en línea con nuestros intereses de seguridad nacional. El pueblo cubano enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes, y nuestra política continuará enfocándose en empoderar al pueblo cubano para ayudarlo a crear un futuro libre de represión y sufrimiento económico”.
En cambio, Menéndez afirma que “durante años, Estados Unidos alivió de manera estúpida las restricciones de viaje con el argumento de que millones de dólares estadounidenses traerían la libertad y nada cambió. Y como advertí entonces, el régimen se rió de cualquier promesa de aflojar su férreo control sobre el pueblo cubano y terminamos ayudando a financiar la maquinaria detrás de su continua opresión”.