Amenazan a familiares de Lázara Karenia, presa política del 11J

Las hermanas de la presa política Lázara Karenia González Fernández denunciaron que su familia ha recibido amenazas por parte del padre de una represora.
Amenazan a familiares de Lázara Karenia, presa política del 11J
 

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Las hermanas de la presa política Lázara Karenia González Fernández denunciaron que su familia ha recibido amenazas por parte del padre de Nayalis Correoso Mora, una de las represoras de González Fernández.

Kenia Chirino y Kirenia Suárez contaron en exclusiva a ADN Cuba que tras identificar a una de las oficiales que detuvo violentamente a su hermana, estuvieron recibiendo mensajes en Messenger del padre de Correoso Mora que indican que él tomará la “justicia” por sus manos si siguen exponiendo a su hija.

“Había un mensaje de este señor, amenazándome. Diciendo que su hija no iba a dejar de hacer su trabajo por mis publicaciones, que me atuviera a las consecuencias”, declaró Chirino.

Chirino hizo responsable a este señor de cualquier agresión que pueda sufrir su familia en Cuba, especialmente su madre, que vive sola y estaba al cuidado de González Fernández, presa hace más de 200 días.

González Fernández, de 29 años, es natural de Cárdenas, en Matanzas, y fue arrestada violentamente por boinas negras en las afueras de una tienda. Su detención quedó registrada en un video que muestra la violencia en estado puro.

El régimen le acusa por los delitos de desorden público, desacato y atentado. La petición fiscal pedida por Fiscalía es de 8 años de cárcel.

En agosto último, nuestra revista también entrevistó a estas hermanas que denunciaron, desde Miami, lo vivido por González Fernández.

“El 11J mi hermana estaba en la casa y se entera por las redes sociales de la manifestación. Se unió a las protestas en la calle Real, la principal de Cárdenas, y estuvo frente al Partido Comunista, manifestándose pacíficamente, con su motorcito eléctrico en la mano. Solo hizo escuchar su voz, no agredió ni tiró nada con sus manos, que siempre estuvieron ocupadas”.

Lo anterior lo dice Kirenia Suárez, y hace énfasis en el detalle de la moto eléctrica, porque el calvario que vive Lázara Karenia es justificado por la policía política con una nota –ni siquiera una acusación formal– hecha por una oficial que señala a la joven manifestante como agresora de las fuerzas del orden.

Los testimonios de testigos recopilados por las hermanas, y una serie de videos donde se ve la violenta detención de Lázara Karenia (a los que tuvo acceso ADN Cuba), dan cuenta de una versión de los hechos distinta: varios agentes del régimen, entre ellos tres efectivos de las tropas militares de élite conocidas como “boinas rojas” la agarraron por el cuello hasta el borde de la asfixia.

Tras el arresto “tenía los ganglios del cuello muy inflamados, hematomas, y no pudo tomar agua ni ingerir alimentos hasta el quinto día presa”. Además, le han dado “ataques de ansiedad y depresión”, pues es la primera vez que se ve en semejante situación de vulnerabilidad.

Asegura que a Lázara Karenia “le oprimieron el cuello con la punta de una tonfa. Luego, no le dieron derecho a llamadas, no tuvimos fe de vida suya hasta el día 19 de julio, cuando su abogado pudo ir a la prisión” en Matanzas, a donde la trasladaron sin notificar a los allegados.

Cuando la víctima estaba desaparecida, sus familiares comenzaron a llamar al Departamento Técnico de Investigaciones (DTI), a todas las estaciones policiales de Cárdenas y otras localidades, al tiempo que la madre acudía a esos lugares. “Decían que no podían dar ningún tipo de información a mi mamá porque era confidencial”, recuerda Kenia Chirino.

 

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