Presos comunes recluidos en la prisión de Guantánamo, conocida como El Combinado, aseguran a CubaNet que las autoridades del penal redujeron drásticamente la comida y hay reos desnutridos.
“En el comedor toman una flauta de pan y la pican en 10 porciones. Estos trozos quedan muy por debajo de los 40-50 gramos que debería tener el pan del desayuno, de igual forma sucede con el té. Cuando pasa tan solo media hora uno tiene más hambre que antes de romper el ayuno”, Giorvis González, ubicado en el destacamento 3 C de esa prisión.
“Un pesaje que a 116 personas en el piso 3 C dio como resultado a 10 internos en condición de bajo peso”, comentó otro recluso, identificado como Giovanis.
Según Jesús Aguilera Basurto, “no les dan proteínas”. La dieta diaria en el almuerzo y la comida consiste fundamentalmente en arroz mal cocinado y sin grasa, sopa aguada y “un medallón de harina. Esto es lo que dan como plato fuerte”, precisó.
“Prácticamente nos están matando de hambre. Nos dan un medallón con un poquito de arroz, mal elaborado, y en otras ocasiones nos dan como un agua de sopa, con un color medio rojizo. Yo quería enseñarle a mi hermana en la visita lo que nos dan aquí de comer para que el mundo lo viera, pero me fue imposible”, dijo Eudis Lafita Pineda.
Exreclusos y prisioneros políticos han denunciado en otras ocasiones el modo de vida en las prisiones cubanas. Además de la alimentación deficiente, resultan comunes los maltratos físicos y psicológicos y la escasez de medicamentos.
En abril, Mirtha Díaz Rivero, pareja del preso político Leoncio Rodríguez Ponce, denunció un brote de Covid-19 en la cárcel Kilo 8, de la provincia Camagüey, mal atendido por las autoridades del penal.
También señaló que la alimentación era escasa y pobre en valores nutricionales. “La comida está mala. El arroz lo dan duro (…) El potaje y la sopa parecen agua. El picadillo de pescado lo dan podrido. Las pastas las sirven podridas y hervidas. El huevo revuelto lo sirven ligado con el cascarón. Debido a la mala comida la gente siempre tiene diarrea”.
Ese mismo mes, familiares del recluso José Eduardo Corredera Crespo denunciaron que en la prisión habanera Combinado del Este el prisionero no recibe atención médica, a pesar de vivir con un riñón.
Cuba, con poco más de 11 millones de habitantes, cuenta con una de las poblaciones penales más altas del mundo, con casi 100 000 presos y unas 200 cárceles. El gobierno no ha permitido nunca la inspección internacional de dichas instalaciones.