El diario oficialista Granma especuló este 20 de octubre sobre una supuesta trama de sobornos con el propósito de incluir al tema contestatario Patria y Vida en los Grammy Latinos.
Gabriel Abaroa, director ejecutivo del grupo que organiza el certamen habría sido sobornado para añadir la canción a la lista de nominados y premiarla. Esto último, dicho con una expresión vernácula por el periódico del Partido Comunista de Cuba, “está cantado”.
El pago al empresario provendría de una red de empresas cuyo último eslabón estaría en Islas Vírgenes, reconocido paraíso de negocios turbios, según revelaciones de los Pandora Papers.
Granma cita a “otras fuentes y analistas”, “información consultada en la investigación” y “medios internacionales” gracias a los que pudo revelar el oscuro complot que encubre el tema musical.
La única fuente mencionada explícitamente es el portal mexicano Bendito coraje, una página que toma por nombre una frase del presidente Andrés Manuel López Obrador y se autodefine como de izquierdas.
Entre sus publicaciones sobre Cuba aparecen defensas de la postura del gobierno ante las manifestaciones del 11 de julio, condenas al “bloqueo de Estados Unidos” y denuncias de “campañas mediáticas” para destruir la revolución.
Según Granma, Patria y Vida “trastoca esencias, engaña de forma malsana, manipula conciencias e intenta la fragmentación, el desánimo, el incordio y el derramamiento de sangre entre cubanos, propósito esencial de los fines intervencionistas”.
Además, “se suma a la guerra de cuarta generación en marcha, a un coordinado sistema de operaciones mediáticas a través de múltiples plataformas, todo con el objetivo de desvirtuar la verdad de cuánto es (y sucede en) Cuba”.
El tema musical, protagonizado por Gente de Zona, Yotuel Romero, Descemer Bueno, Maykel Osorbo y El Funky competirá en los apartados Canción del Año y Mejor Canción Urbana.
El video fue lanzado en febrero y desde entonces se ha vuelto viral, acumulando hasta ahora más de 8 400 000 visualizaciones.
Durante las protestas del 11 de julio, decenas de localidades del país salieron a las calles durante las manifestaciones más grandes registradas bajo el orden socialista en Cuba, con multitudes coreando el estribillo de la canción como lema.
Desde su lanzamiento las autoridades atacaron con dureza a los intérpretes de la canción y a los participantes en la realización del videoclip. Todos los que colaboraron desde Cuba han sido víctimas de la persecusión.