"Del fracaso de la República con todos y para el bien de todos --qué es la que yo quiero-- formamos parte todos los que nos atrevemos a seguir siendo cubanos". Así de contundente se expresa el intelectual Rafael Almanza (Camagüey, 1957), entrevistado en su casa, que ha devenido refugio del activismo antisistema en esa provincia.
El pasado sábado el periodista independiente Henry Constantín y el historiador Alenmichel Aguiló fueron detenidos por la Seguridad del Estado para impedir su asistencia y la realización de la Peña del Júcaro Martiana, que organiza Almanza en su vivienda.
Ambos fueron conducidos a la Tercera Unidad de la Policía de Camagüey y liberados posterioremente. Pero a pesar de arrestos e intimidaciones, la Peña se realizó. Su promotor y presentador declaró: "Compatriotas, al atacar la Peña del Júcaro, en esta sesión número 29, hemos tenido la aplicación diáfana del Decreto 349 a la independencia de la actividad intelectual en Cuba".
¿Por qué las autoridades cubanas tienen tanto miedo de lo que pueda hacer y decir Almanza en una reunión de amigos?
La respuesta pueda estar en esta entrevista, donde el escritor cubano muestra su ideario social y su profunda raigambre martiana, que lo han convertido en una suerte de patriarca de la oposición camagüeyana.
El año pasado, Almanza recibió el Premio Nacional de Literatura Independiente "Gastón Baquero". Recientemente fue invitado a impartir un taller en La Habana, y a participar en un proyecto con la "artivista" Tania Bruguera. Su obra narrativa está recogida en el libro Fívulas y peróvulas, de Ediciones Homagno, donde Almanza incluye "el primer ready made cubano": el acta de su expulsión de la Universidad, una sanción convertida luego en un año de castigo.
"Cuba está en un estado de destrucción física y moral tan asombrosa que solamente con la intervención de "La clase alta exiliada cubana tiene un porvenir y una oportunidad de ir más allá de sus intereses de negocios" --afirma Almanza. "A esas personas la necesitamos. Las personas que pueden divulgar aquí los valores democráticos que han conocido allá. Eso es muy importante para nuestro futuro."
"Pero también es muy importante el papel que puede jugar en Cuba gente de menos destaque social" --asegura.
"Cuba está practicamente anexada a Estados Unidos por la vía familiar" --opina Almanza. "Es raro encontrar una familia que reside aquí que no tenga parientes allá. El aporte podría ser mayúsculo en el plano familiar. Pero el mayor aporte sería la integración de la clase empresarial cubana, que esas personas se reincorporen a la nación cubana real, que creen relaciones de trabajo, de amistad, familiares, con los jóvenes que hoy tienen esas mismas cualidades en Cuba, y que se constituya rápidamente un nuevo empresariado nacional".
Por ideas como esta, Rafael Almanza y su Peña de Júcaro martiana se han convertido en un objetivo de la Seguridad del Estado.