Florida reportó 21.683 nuevos casos por COVID-19 este sábado, el total más alto en un día en el estado desde que inició la pandemia, lo que lo convierte en el nuevo epicentro nacional del virus, según las autoridades de salud.
Florida posee alrededor de la quinta parte de todos los casos nuevos en Estados Unidos, mientras continúa recibiendo turistas nacionales y extranjeros que buscan disfrutar del verano, del clima y de las atracciones en ciudades como Orlando.
Según las autoridades, los casos por COVID-19 habían aumentado un 50% durante la semana pasada y las hospitalizaciones en el estado se acercaron al pico del año pasado.
Ron DeSantis, gobernador de Florida, se ha resistido a los mandatos obligatorios como el uso de las mascarillas, y junto con la Legislatura estatal ha limitado la capacidad de los funcionarios para imponer restricciones destinadas a detener la propagación del virus.
Este viernes, el gobernador había prohibido que los distritos escolares exijan a los estudiantes a usar el uso de las mascarillas cuando las clases se reanuden el próximo mes.
El alcalde del condado de Orange, Jerry Demings, indicó que el condado está en crisis, ya que el alrededor del 20% de los nuevos contagios por COVID-19 en Estados Unidos se están presentando en Florida.
“Estos números son extraordinarios. Estamos viendo casi 1.000 casos nuevos en el condado de Orange todos los días. Esos son los números que vimos en el pico más alto el año pasado”, dijo el alcalde.
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Estados Unidos estaba registrando unos 8.000 casos diarios por COVID-19, pero ahora la cifra se ha elevado a unos 80.000 casos diarios, lo que ha disparado las alarmas entre las autoridades sanitarias, que han recomendado el uso de la mascarilla e invitó a los no vacunados a inmunizarse lo antes posible.
Recientemente, Disney World había anunciado que a partir del viernes 30 de julio será obligatorio el uso de mascarillas en los medios de transporte y lugares cerrados de sus parques en Orlando, incluso para aquellas personas que estén completamente vacunadas.
La decisión se toma ante la nueva ola de la pandemia por COVID-19, que algunos medios calificaron como “la pandemia de los no vacunados” luego de que algunos datos arrojaran que la mayoría de los nuevos afectados son personas que no han optado por vacunarse.
