La Unión Europea (UE) designó a la portuguesa Isabel Brilhante Pedrosa, quien fuera expulsada de Venezuela como protesta del régimen chavista, como embajadora en Cuba en sustitución del español Alberto Navarro.
Navarro, cuyo mandato vence el 31 de agosto, fue acusado por miembros del bloque hemisférico de sobrepasar sus funciones y mostrar simpatías indebidas en un funcionario de su rango con el régimen cubano.
Según representantes de derecha en el Parlamento Europeo, su decisión de firmar una carta en marzo donde se pedía el fin del embargo al gobierno de EE. UU. fue un error diplomático, por lo que fue llamado a contar en Bruselas.
La diplomacia europea ha explicado que el nombramiento forma parte de la rotación anual de embajadores que estaba programada para este año. Al mismo tiempo, coincide con la ola de protestas en Cuba.
Mientras Brilhante asuma funciones, Navarro tendrá la responsabilidad de exigir a La Habana respeto a los derechos humanos y la libertad de expresión, según el guion de sus jefes en Europa, donde no se decide aún la postura del bloque hemisférico sobre las protestas y la actitud del gobierno.
Este jueves el representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, aseguró que el estallido social en Cuba era resultado de las sanciones impuestas por la administración Trump.
Al mismo tiempo, defendió la necesidad de que las autoridades de La Habana respondan a las demandas de las manifestaciones y aborden reformas económicas y cívicas en una reunión de la Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento Europeo.
Brilhante sustituirá a Alberto Navarro, acusado de sobrepasar sus funciones en marzo (Foto: AFP)
La política hacia Cuba de la UE ha sido duramente criticada durante el último año por políticos conservadores, quienes piden una revisión del Acuerdo de Diálogo y Cooperación vigente con la isla.
Según explican los opositores, ese mecanismo no ha servido para hacer avanzar la democracia y el respeto a los derechos humanos en la isla, su objetivo fundamental.
Varios gobiernos adoptaron una postura más enérgica que la UE frente a la represión de las protestas que se desataron en Cuba el 11 de julio y se expandieron por más de 60 localidades del país ese mismo día.
Washington declaró públicamente que la represión era inadmisible a poco de conocer la noticia del estallido social; este jueves, el presidente Joe Biden dijo que revisaría su política hacia Cuba a raíz de estos sucesos.
La Cámara de Diputados de Uruguay aprobó una declaración en la que manifiesta su condena a la escalada represiva del régimen cubano.
Mientras tanto, el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, pidió a La Habana que libere a todos los detenidos por ejercer su derecho a la libre expresión.
Las protestas comenzaron el domingo en San Antonio de los Baños, un pueblo ubicado en la provincia Artemisa (oeste) y se extendieron a más de 60 localidades del país.
Hasta el momento, el gobierno cubano reconoció la muerte de una persona, Diubis Laurencio Tejeda, de 36 años y residente en el municipio habanero Arroyo Naranjo, de quien no se dieron las causas del deceso en la nota oficial.
Sin embargo, la ciudadanía habla de más muertos y heridos, información que no ha sido confirmada hasta el momento.