Autoridades cubanas anunciaron reparaciones en el Túnel de La Habana, emblemático viaducto que une las dos orillas de la bahía y que, durante los últimos años, ha presentado problemas estructurales.
Según la Comisión Nacional de Seguridad Vial, la vía permanecerá cerrada al tránsito en el sentido Cabaña-La Habana desde el sábado 5 de junio a las 8:00 a.m. hasta el viernes 18 del propio mes a las 6:00 p.m., para realizar cambio de rejillas.
La circulación quedará limitada a ómnibus, vehículos de régimen especial y vehículos autorizados en el carril La Habana-Cabaña, que funcionará como doble sentido.
En el momento de circulación de ómnibus articulados por el interior del Túnel, se efectuará el cierre total de la senda contraria de circulación. Se establecerá como velocidad de circulación máxima 50 Km/h.
Varios conductores habían denunciado el pésimo estado del viaducto, al cual se filtraba el agua salada de la bahía. Uno de los usuarios de la vía declaró que las reparaciones comenzarían cuando hubiera un grave accidente. Y la mala suerte no se hizo esperar…
El 28 de mayo un accidente múltiple cerró la circulación por varias horas en el Túnel. No hubo perdidas de vidas humanas ni lesionados.
Una maravilla mal atendida
El Túnel de La Habana o de la Bahía es una de las siete maravillas de la ingeniería civil de la isla.
Con una extensión de 733 metros, fue construido por la empresa francesa Societé de Grand Travaux de Marseille entre los años 1957 y 1958, y bajo condiciones extremadamente difíciles debido a la necesidad de trabajar bajo agua.
La obra fue inaugurada el 31 de mayo de 1958. A cargo de su dirección y proyección estuvo el ingeniero cubano José Menéndez Menéndez, quien, junto al grupo de trabajo que lo acompañaba, diseñó un sistema de tubos de hormigón reforzado que ha sido capaz de soportar grandes toneladas de agua.
En los últimos años, el Túnel ha sido bloqueado de manera parcial o total en numerosas ocasiones bajo el argumento de mantenimientos y reparaciones.
Esto sugiere que la obra no ha podido ser bien atendida por un régimen económica e infraestructuralmente incapaz o muy limitado, por lo que no es de extrañar que esa maravilla de la ingeniería civil cubana y francesa termine corriendo el mismo destino de abandono, cierre o derrumbe que otros lugares y obras de La Habana y Cuba toda.