El líder opositor cubano José Daniel Ferrer aconsejó a sus compatriotas simpatizantes de la causa del cambio político en la isla y, por ende, víctimas del régimen, sobre cómo comportarse y actuar ante el aumento de la represión y las amenazas.
Para el coordinador general de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), preso político en varias ocasiones y blanco constante de cercos, detenciones, amenazas y torturas, las claves pasan por no rendirse, no mostrar miedo y soportar con coraje todas las vejaciones.
“En tiempos en los que se intensifica la represión de la tiranía contra la oposición y el pueblo, resistir con firmeza y valor, soportar con coraje prisión y torturas, te hace digno, fuerte, grande, indispensable. No te rindas, no abandones la causa, no demuestres miedo al opresor”, escribió Ferrer en su perfil de Twitter.
Sus consejos han sido bien recibidos por sus seguidores en la red social del pájaro azul y por aquellos que, a pesar del aumento de las acciones represivas, no cejan en su empeño de luchar por una Cuba plural y democrática, en la que se respeten las libertades y los derechos humanos.
Aumento de la represión
Ante las crecientes muestras de inconformidad ciudadana y la articulación de grupos y espacios de activismo y contestación política, el régimen ha incrementado su vigilancia y represión a opositores y activistas.
Luis Manuel Otero Alcántara, coordinador del Movimiento San Isidro (MSI), está recluido desde el 2 de mayo en el hospital Calixto García, donde fue internado por la fuerza para interrumpir su huelga de hambre y sed como protesta ante las arbitrariedades del sistema, mientras que el rapero contestatario Maykel “Osorbo” Castillo, también de ese grupo, fue apresado y será presumiblemente encausado bajo cargos que intentan enmascarar la naturaleza política de su detención y procesamiento judicial.
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En paralelo, una decena de activistas y periodistas independientes, que se manifestaron el 30 de abril en la céntrica calle habanera de Obispo en apoyo a la huelga de Otero Alcántara, permanecen encarcelados y serán juzgados por los presuntos delitos de resistencia y alteración del orden público.
Asimismo, varios opositores, artistas, activistas y comunicadores, miembros relevantes de la sociedad civil independiente, permanecen sitiados en sus domicilios por elementos policiales y de la Seguridad del Estado que impiden su libre movilidad.
Todo ello en un clima de amenazas crecientes a través de los medios de propaganda, que presumen el aparato legal del que dispone el oficialismo para castigar cualquier muestra de disidencia y oposición al sistema dictatorial y unipartidista.