Elementos de la Seguridad del Estado y la policía del régimen se habrían llevado en horas de la madrugada de este domingo a Luis Manuel Otero Alcántara de su domicilio en la calle Damas, en el barrio San Isidro, la Habana Vieja, según denuncian en redes activistas y amigos del artista, a partir de testimonios y afirmaciones de vecinos.
La poeta y activista Katherine Bisquet, una de las acuarteladas con Otero Alcántara en noviembre pasado para exigir la liberación de Denis Solís, comentó en su perfil de Facebook que al parecer la Seguridad se lo llevó sobre las 05:00 horas.
“Los vecinos encontraron la puerta cerrada desde afuera con otro tipo de cerradura”, escribió Bisquet. Su afirmación da más certeza a la denuncia hecha minutos antes por la periodista independiente María Matienzo, quien aseguró que “se llevaron” a Luis Manuel.
“¿Dónde está Luis Manuel Otero Alcántara? ¡Lo queremos vivo!”, demandó Matienzo justo en un momento en el que numerosos amigos y simpatizantes de la causa del artivista exigen al régimen una fe de vida de éste.
Según ha podido indagar ADN Cuba, los elementos represivos cortaron la cadena de la puerta de la casa de Otero y, tras sacarlo, la sellaron con una barra o “tranca”.
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Luisma, como llaman a Otero amigos y simpatizantes de su causa, cumple este domingo ocho días en huelga de hambre y sed. Previo a su presunta detención o traslado había advertido que, de morir, sería la intransigencia absurda del régimen cubano la que lo habría matado.
En un SMS enviado en horas de la noche de este sábado a la rapera y activista Áfrika Reina, el integrante del Movimiento San Isidro (MSI) agradeció también las muestras de solidaridad con su lucha y reclamos, y aseguró que luchará “hasta el último suspiro” por su arte libre.
“Si mi cuerpo llega a morir, espero sea la continuidad a la chispa por la libertad de Cuba. Los amo y amaré siempre”, escribió Otero Alcántara, quien habría enviado el mensaje, según Reina, “en el instante en que lucha por mantenerse despierto y sobreponerse a los síntomas de defunción de su cuerpo”.
Muchos temen que el joven activista fallezca ante el estado de deterioro de su salud tras ocho días en huelga de hambre y sed. La víspera amaneció sintiéndose mal y sin fuerzas para mantener una comunicación continua con todos los que se interesan por él.