El artista conceptual cubano Wilfredo Prieto pidió a la administración Biden el fin del embargo contra el régimen castrista, y lo que recibió fue una lluvia de memes por su “activismo selectivo”.
Quien hace unos meses menospreció a los artistas que expresan sus posturas políticas en oposición a la dictadura, decidió exigir a un presidente a favor de la prosperidad de la isla, pero su pedido lo hace al mandatario de Estados Unidos, mientras que a Prieto nunca se le ha visto criticando a los sátrapas comunistas.
Este domingo 18 de abril, coincidiendo con las últimas sesiones del 8vo Congreso del Partido Comunista, el cotizado creador publicó una foto en Facebook que lo muestra en un platanal, levantando un cartel con el siguiente mensaje: “Presidente Biden, el embargo comercial de 60 años a Cuba no es una broma. Debemos terminarlo ahora”.
Su post ha traído un revuelo en el mundo del arte porque, si bien algunos creadores creen que sería mejor que termine el embargo, muchos ven en el repentino activismo de Wilfredo Prieto “hipocresía” y “cinismo”, ya que no se solidariza con sus colegas reprimidos por estos mismos días, como Tania Bruguera y Luis Manuel Otero Alcántara (a quien el viernes la policía política rompieron varias obras).
¿Será que el embargo afecta directamente las ambiciones de Prieto? No parece, porque recién comenzó uno de sus últimos proyectos: una inútil carretera “infinita” en la provincia de Sancti Spíritus que precisa toneladas de materiales de la construcción. Es un gesto obsceno del ahora megalómano Prieto y el Ministerio de Cultura del régimen que lo aúpa, capaces de gastar tantos recursos mientras cubanos no tienen viviendas, e incluso perecen por derrumbes.
En el post de la polémica otra artista, Camila R. Lobón, comentó: “Si no me tuvieran dos agentes de la Seguridad del Estado en los bajos de la casa y una patrulla lista para detenerme si salgo, iría a pararme con usted, Wilfredo, con un cartel que dijera 'Y liberen las fuerzas productivas y los derechos políticos y civiles en Cuba. Detengan ya la represión'. Con eso sí que se resolvería la penosa situación de este país”.
“(…) oponerse al embargo puede ser una manera rápida y efectiva de ganarse el beneplácito del gobierno cubano, sobre todo si tu oposición (…) no va a acompañada de oposición a las violaciones de derechos humanos que el gobierno cubano comete bajo la justificación” del bloqueo, opinó la periodista Mónica Baró, en la revista independiente y censurada El Estornudo.
Baró compara la acción de Prieto con la de un joven cubano pobre, Luis Robles, a quien amenazan con imponer al menos 6 años por protestar con un cartel en La Habana, pidiendo libertad de expresión. En ese sentido, lo de Prieto es según Baró, una “mala broma”.
La reconocida artista Tania Bruguera cuestionó allí mismo a Prieto, haciendo alusión a una de sus obras más conocidas: “no entiendo, ¿tú no eras apolítico? ¿Tú no criticabas el activismo?”
“No sé si sabes que por sacar un cartel a la calle pidiendo por la liberación de un artista Luis Robles tendrá que pasar 6-7 años en la cárcel”, añadió Bruguera, a quien el régimen impidió por estos días que diera una charla virtual en Harvard.
Lo que sí ha logrado hasta ahora Wilfredo Prieto con su “activismo selectivo”, es una lluvia de memes que lo ridiculizan y replican su gesto, pero con pedidos del fin de la dictadura, mensajes a favor de la disidencia, le ponen el rostro de Raúl Castro o lo revelan como un envidioso de otros artistas.
Wilfredo Prieto, el amigo del Estado
En septiembre del 2020, el artista beneficiado por el régimen por la concesión del gran espacio del antiguo astillero de Chullima, protagonizó otra polémica. Cuando le preguntaron, en una entrevista de la revista Hypermedia, por el mercado del arte, dijo que no tiene “absolutamente nada en contra”, pero sugirió que donde se ve más la “obediencia mercantilista” es en que para tener éxito monetario el artista cubano tendría que criticar al régimen.
“En Cuba, por ejemplo, está muy de moda el 'efecto Ai Weiwei [artista disidente chino] ': algo muy parecido al realismo socialista, pero a la inversa. Este fenómeno es una ecuación fácil: si haces comentarios en contra del gobierno cubano, automáticamente estarás en todos los medios internacionales; esto quiere decir más fama, lo que se traduce en más mercado, más dinero”.
En otro momento, respondiendo sobre el papel del arte “en nuestra sociedad actual”, Wilfredo Prieto dijo: “El mayor [papel], el más importante. Para mí el arte debe ser un recurso de alta prioridad, un asunto clave en la seguridad nacional”.
Aquellas declaraciones recibieron duras respuestas de otros artistas cubanos contemporáneos. Hamlet Lavastida lo tildó de deshonesto y le dijo que “un poco de transparencia no te vendría mal (…) En la vida real, tú no sabes ni a quién representas tú mismo”.
Hamlet mencionó varios proyectos que trabajan sin divorciar el arte del activismo social o político, la verdadera diana a la que iban apuntadas las palabras de Wilfredo, y que por el contrario de él, reciben rechazo del sistema: “(…) aquí todo el mundo sabe que tú tienes lo que no tiene ni el Movimiento de San Isidro junto con el Instituto Hannah Arendt junto con Aglutinador, todo esto tres veces al cuadrado, eso es lo que tú tienes y no precisamente por estar en desacuerdo con las políticas de las instituciones cubanas, sino todo lo contrario”.
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La artista, escritora y curadora cubanoamericana Coco Fusco rechazó la polémica declaración de Prieto: “Los artistas cubanos que hablan mal del gobierno son hostigados por el Estado y la atención de la prensa que reciben tiene que ver con sus arrestos y otras violaciones de sus derechos civiles. Lo que está de moda en Cuba es la represión hacia a los artistas y periodistas del sector independiente. Qué pena ajena me da saber que el pobre Wilfredo está celoso de la atención que reciben los opositores”.
La artista de Puerto Rico Lourdes Correa Carlo, opinó sobre Prieto que “los artistas neoliberales son así, diciéndoles a sus compañeros que 'calladitos se ven más bonitos', se auto censuran y quieren censurar a los demás de hacer cambios sociales a través del arte, mientras muchos somos oprimidos por diferentes razones (…) Por eso es que hacen ese trabajo medio vacío, no quieren ofender a nadie…”
Imagen de portada: Tomada del Facebook de la artista Claudia Patricia