Desde hace siete días Niuvys Vicet Romero permanece en huelga de hambre. Ante las agresiones de la policía política del régimen castrista contra activistas de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) y el cerco de agentes alrededor de la sede principal de la organización en Santiago de Cuba, esta madre cubana decidió unirse a la protesta en la participan 16 mujeres.
La integrante de Unpacu y promotora de Cuba Decide, realiza la huelga desde su hogar, donde la acompañan sus dos niños pequeños, custodiados por su papá.
Niuvys refirió a ADN Cuba, que se siente débil, pero aún tiene disposición de continuar. “Tengo calambres y la presión baja, ya son siete días. Estuve sangrando a causa de un fibroma que tengo, pero ya ha disminuido bastante”, explicó la opositora.
“Mi único miedo es que allanen mi casa, me quiten a mis hijos y los metan en una Escuela de Conducta, como tantas veces me han amenazado”, dijo Niuvys, quien a pesar de los malestares ocasionados por la huelga, quiso compartir los motivos que la llevaron a comprometer su salud para manifestarse en contra de la represión y la dictadura cubana.
“A esto me llevo la represión policial contra personas vulnerables, ancianos, mujeres y menores, que solo querían adquirir sus alimentos o medicamentos, en la sede de la Unpacu. Mis propios hijos fueron violentamente agredido por la policía política y amenazados con ser internados en un centro de menores, por el simple hecho de haber ido a recibir alimentos”, explicó la activista.
En la huelga de hambre iniciada por activistas de la Unpacu el pasado 20 de marzo, se han sumado un total de 60 personas, entre las que se incluyen 16 mujeres, 3 abandonaron la protesta.
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Este domingo 28 de marzo, el coordinador general de la Unión Patriótica de Cuba y ex preso político, José Daniel Ferrer, afirmó en una directa que realizó a través de su cuenta en Facebook, que los más de 60 activistas que están en huelga de hambre, varios de ellos por nueve días, están más fuertes que los millones de cubanos que temen enfrentar a la dictadura.
“Nuestro reclamo es que no pueden detener ni a activistas que vienen a la sede ni a las personas pobres que vienen en busca de ayuda”, dijo Ferrer sobre el cerco policial que el régimen mantiene a la sede de la Unpacu desde hace ya dos semanas y que detonó la protesta pacífica.
A pesar del pronunciamiento de varias organizaciones internacionales de derechos humanos sobre la huelga de los opositores cubanos; así como la solidaridad que se ha desatado entre cubanos residentes fuera y dentro de la isla, el régimen no elimina el fuerte cerco policial que tiene actualmente la sede de la Unpacu, en la localidad de Altamira en Santiago de Cuba.
Agentes vestidos de civil y uniformados, prohíben el paso de cualquier persona que quiera asistir a los huelguistas o sumarse a la protesta. Varias sedes de entidades estatales de los alrededores están ocupadas por policías para mantener la vigilancia.
En este grito por el fin de la dictadura y a favor de la democracia en la isla, madres cubanas ponen sus cuerpos y reafirman su disposición de aspirar a un país pleno para sus hijos.