El director del Centro Promotor del Humor en Cuba, Kike Quiñones, ha respondido en Cubadebate al polémico artículo de Miguel Cruz Suárez, publicado el 8 de agosto en el diario oficialista Granma, donde se cuestionaba el trabajo de los humoristas cubanos que satirizan al gobierno.
"El humor tiene que operar ineludiblemente con referentes identificables y creíbles que les pertenezcan a esas masas, de lo contrario no tendrá el impacto deseado", escribe Quiñones, quien agrega que "los personajes reflejan actitudes que subsisten en los hombres; afortunadamente para los creadores del humor, desafortunadamente para la sociedad".
Quiñones también explica que en el programa "Vivir del cuento", uno de los más populares de la TV cubana, están representados todos los arquetipos de la actual realidad de la isla: "el protagonista, un señor mayor noble y servicial que tratando de ayudar casi siempre termina enredado por su amigo Chequera, músico de poca monta, es más pícaro y se aprovecha (...); está el personaje de Ruperto Marcha Atrás que nos enseña el lado retrógrado de la sociedad en un pensamiento patriarcal y homófobo; encontramos también a Chacón en su pose de maceta".
"Asumir que los personajes son creados para desacreditar las instituciones o para agredir a las personas que asumen la vida de manera disciplinada, es seguirles el juego a los que realmente se alejan de lo que queremos como sociedad", asegura el humorista cubano.
Opiniones similares han sido expresadas por los actores Luis Silva, quien interpreta al personaje de Pánfilo, Andy Vázquez (Facundo) y otros humoristas cubanos.
La postura del artículo en Granma fue abiertamente criticada esta semana por el popular comediante Ulises Toirac, que defendió la libertad de los humoristas y aseguró que "primero han de cambiar los dirigentes que las necesidades del humor".
Por su parte, el escritor y cineasta Eduardo del Llano, fundador del grupo humorístico Nos y Otros, y conocido por su cortos satíricos con Luis Alberto García en el papel de Nicanor, se sumó en las redes sociales a los artistas que han criticado el artículo de Granma:
"Habría que reírse más del simulador, del ladrón, del que nos agrede… (Del maceta, no estoy tan seguro: si es un tipo que ha hecho dinero teniendo iniciativa y trabajando muchísimo, ¿qué hay de malo en ello? Otra cosa es la falta de gusto del nuevo rico: ahí sí hay tela). Lo que me inquieta aquí es la instrumentalidad del proceso; en otras palabras, ¿cómo sería eso? ¿Por decreto? Para tener presentaciones, ¿deberán los humoristas dedicar un 20% de su tiempo en escena a burlarse de esas otras figuras que, indudablemente, también son negativas? ¿O se creará un contingente, una brigada de artistas emergentes que se ocupen de esos temas, puede que no muy buenos artistas pero eso sí, muy confiables? ¿Será obligatorio? ¿Quién les repartirá los temas y exigirá el estricto cumplimiento de la norma? Otros dirigentes, ¿no? (...) El punto es que los artistas se inspiran, básicamente, en y con lo que les da la gana. La creación no puede forzarse, normarse, encajarse en reglas y por cientos", afirma Del Llano en un texto compartido en su página de Facebook y titulado "Los santos dirigentes".
"El humor es, desde su esencia, subversivo. Cualquier intento de domarlo generará resultados mediocres y, a la vez, nuevas sátiras acerca del domador", concluye el realizador.