Por absurdo que parezca, la dictadura acaba de prohibir que los cubanos fabriquen naves espaciales; y lo primero que uno piensa cuando lee esto es: ¿acaso al régimen le preocupa que el pueblo desarrolle una agencia espacial? ¿O teme que los cubanos escapen para otro planeta y dejen en la isla solo al manojo de vagos que integran la cúpula castrista?
Si eres de los que tienen que ver para creer, pues la invitación es a que revises el reciente listado de "actividades donde no se permite el ejercicio del trabajo por cuenta propia, según el Clasificador Nacional de Actividades Económicas", difundido por el régimen este 10 de febrero a través de sus medios de comunicación y propaganda.
De lo que se trata, según se lee en el punto 24 de la lista, es de que los cubanos no podrán ejercer el trabajo por cuenta propia para la "fabricación de aeronaves y naves 'especiales' y maquinaria conexa".
Especiales está entre comillas, porque en realidad debiera decir espaciales, como es el uso internacional para estos casos; el cambio a de deberse a un error tipográfico, a que el redactor padece algún tipo de dislexia, pero lo más seguro es que el castrismo decidió que esa fuera la palabra a usarse, para tratar de que su absurdo pasara desapercibido.
Hay que resaltar que lo de "naves 'especiales' y maquinaria conexa", se traduce en la prohibición de fabricar partes, piezas y accesorios para este tipo de transporte, así como vehículos de lanzamiento de naves espaciales, satélites, sondas planetarias, estaciones orbitales y transbordadores espaciales, además de misiles balísticos intercontinentales.
Hace unos días el castrismo decidió incrementar el número de actividades económicas permitidas para el trabajo por cuenta propia, pasando por alto algo tan fundamental como el financiamiento, o el acceso de los cuentapropistas a créditos que les permitan desarrollar cualquier emprendimiento.
Para el régimen hubiera sido suficiente con enumerar el total de las nuevas actividades permitidas, y no meterse en esto, que entre otras cosas, da a entender como que la administración de Miguel Díaz-Canel le ha cogido el gusto a ser el hazmerreír del pueblo, incluso de la opinión internacional. Los cubanos no pueden ni producir alimento suficiente para cubrir sus necesidades, para que les pase por la mente fabricar naves espaciales.
Si algo ha demostrado el castrismo, es que nunca hay que creer que su absurdo ha llegado al máximo esplendor, porque de cuando en cuando se aparece con una nueva vuelta de tuerca, capaz de dejar en la lona, incluso, cualquiera de las más descabelladas ideas de Fidel Castro, su mayor exponente.
Y como para no dejar nada suelto, no sea que a algún cubano le dé por fabricar máquinas del tiempo o teletransportadores, el documento en su introducción señala que "este listado pudiera ser modificado a partir de conciliación de las normas jurídicas, actualmente en proceso".