Una de las documentalistas más importantes de nuestro país lo es sin lugar a dudas Lenia Sainiut. Su obra fílmica relata con lirismo la cruda existencia de los campesinos que aún viven en sectores de silencio de la serranía, además de centrar dichas historias en las mujeres que han sabido sobreponerse a situaciones hostiles en el ámbito de contextos patriarcales, donde su lucha día a día ha sido el leitmotiv de sus vidas.
En contra del viento es un documental emotivo y de reflexión. Signado por un discurso de género que a todas luces quiere provocar al espectador, más allá de narrar la vida de una mujer de la Sierra, María Elena, el documental revela las vicisitudes que ha tenido que sortear esta mujer de 48 años, que ante el lente de la cámara parece mucho mayor, ya que el duro trabajo que realiza día a día la ha convertido en una luchadora, capaz de realizar cualquier oficio con tal de sobrevivir y mantener a un hijo enfermo y a un padre ciego, senil, ambos son para esta mujer el motivo más preciado para seguir viviendo.
En un momento conmovedor María Elena dice a cámara: “Dios quiere de mí que aguante, porque dios es amor, dios me ha dado fuerza y paciencia”. La realizadora ha querido mostrarnos la vida de una mujer que, por razones del destino, o por su desprotección, vive en condiciones difíciles, resiste, realiza labores como recoger materia prima en su chivichana, coger ponches, trabajar la agricultura, cambiar viandas y otras cosas por dinero, en fin, una serie de tareas a las que se les suman el cuidado de su hijo de 28 años, quien lleva un marcapasos y poco o nada puede ayudar a su madre y el cuidado de su padre ciego, casi nonagenario y senil.
En contra del viento seduce por la delicadeza de su realizadora al tratar un tema tan delicado como puede serlo la desesperación y la tristeza de María Elena, que por momentos confiesa que ha sentido deseos de quitarse la vida porque no ha tenido una ayuda, un alivio a sus múltiples conflictos, no obstante, la fe que le ha devuelto su creencia en la Biblia y sus preceptos han hecho de ella una guerrera.
La primera imagen del documental no elude la belleza de la Sierra Maestra y la sensación de bienestar que nos produce el deleite del lente de la cámara, este es el contexto en el que su protagonista vive, este paisaje la acompaña cada día en su chivichana por carreteras peligrosas a ganarse el pan para su familia. El duro contraste de la belleza del paisaje y labor que realiza María Elena, dicen en un silencio estremecedor la difícil lucha por la existencia de una mujer solitaria, que solo ha tenido un objetivo en su vida, o solo ha conocido uno: el trabajo.
Lenia Sainiut retrata la existencia de esta mujer con una fina poética. La fotografía recrea sus diarias labores y los quehaceres hogareños, así como las solitarias noches en que se sienta sola a leer la Biblia, lectura que le sirve de compañía ante tanta soledad y silencio, ante tanta noche inmensa.
Es pues, María Elena, un personaje que pudiera muy bien ser una metáfora de la resistencia de mujeres que como ella salen adelante a pesar de la soledad y el casi abandono en el que viven. La pobreza y la sencillez de esta mujer contrastan con su sinceridad, su humildad y hasta su inocencia.
Lenia Sainiut con su documental ha dado voz a mujeres que apenas si la tienen, ha puesto en el dedo en la llaga al mostrar el conflicto de esta mujer, su lucha diaria, en contextos donde el machismo y el discurso patriarcal son el común denominador, y ellas son aún objetos y no sujetos plenos con posibilidades de realización.
María Elena está sola, su día comienza en la carretera y termina de regreso a casa en su chivichana, su trabajo no termina nunca, parece decirnos el final del documental, pero también parece decirnos que la grandeza de esta mujer está precisamente en esa resistencia titánica, que como diría Alejo Carpentier en su novela El reino de este mundo: “(…) el hombre solo puede hallar su grandeza en el reino de este mundo”.
Y es en su Sierra Maestra, en su paisaje habitual rodeado de montañas donde María Elena, a pesar de los obstáculos, supera cada conflicto, ha aprendido a vivir en soledad y con lo mínimo, ha sabido resistir. En contra del viento es sencillamente poesía de la cotidianeidad, es grandeza en su contención, es auténtico porque su realizadora lo es, empeñada en visibilizar un conflicto latente en lugares de silencio, y sobre todo visibilizar a mujeres que como María Elena viven en condiciones precarias y luchan solas por salir adelante.
Cine de tesis, discurso de género, una obra mayor en la documentalística de Lenia Sainiut y del documental cubano contemporáneo.