La actriz y directora de cine cubano Marilyn Solaya denunció en redes sociales la crítica situación de un conocido camarógrafo cubano, Julio Simoneau, que está laborando como custodio en La Habana.
“Julio Simoneau mi abrazo solidario, todo mi cariño y respeto. Simoneau ha participado como operador de cámara en numerosas películas del cine cubano. Acabo de leer que ahora trabaja como custodio y que está a cargo de su padre enfermo, Julio Simoneau”, escribió Solaya en su perfil de Facebook.
“Ambos, importantes y prestigiosos camarógrafos - directores de fotografía de la cinematografía cubana, magníficos profesionales, compañeros de trabajo que aman su profesión y han dedicado toda su vida a este oficio. Muy triste la situación de muchos de nuestros cineastas. Nunca sabremos el futuro que nos espera”, añadió.
Una comentarista amplió que “la situación del adulto mayor en Cuba es triste, los peores grupos etarios que están viviendo ahora mismo en este país. Si para las personas jóvenes está siendo difícil imagina para los jubilados, adultos mayores”.
Otro cineasta cubano, Esteban Insausti, añadió que “hubiera preferido no leer esto. Pero en fin, de alguna manera, todos somos responsables por permitirlo al mirar al otro lado. A Julio le queda todo por aportar, como artista, por su experiencia, y como ser humano, por su valía, su impronta y oficio aún significan mucho para la historia del cine nacional”.
“Toda mi solidaridad con él, su padre y todo aquel que, aun siendo útil, se encuentre en una situación tan lamentable, que nos empequeñece como sociedad y mucho más como nación”, agregó.
“Mi padre Livio Delgado PREMIO NACIONAL DE CINE cobra 1520 pesos de retiro. Salario mínimo de este país. Cómo él dice, cobra ocho cervezas al mes después de haber hecho tantas películas importantes del cine cubano. Me parece que no se lo merecen. Mis respetos para Julito al igual que su padre”, precisó Erick Delgado.
Finalmente, el periodista independiente Amílcar Melián Jr. concluyó que “esa va a ser mi suerte también, hacer cine independiente que no acumula retiro ni nada de eso. Me gustaría poder recordar que trabajar para el estado era algo indigno, por varias razones, y que no fue mi culpa, pero algo tendré que hacer ahora pensando en ese futuro negro y putrefacto que me espera”.