Los problemas de vivienda en Cuba no son solo debido a la falta de recursos, en muchos casos son producto del terrible andamiaje burocrático que impera en el país, cargado de chapucerías y malos procedimientos.
El 2 de noviembre el periódico oficialista Juventud Rebelde se hizo eco de una carta enviada a su redacción, donde una cubana denuncia que le quieren quitar el subsidio asignado para reparar su casa cuando aún las obras de reparación no concluyen.
Bárbara Prieto Rodríguez, quien es una señora ya jubilada, vecina de Oscar Primelles, No. 12, entre José Antonio Saco y Narciso López, en Nuevitas, provincia de Camagüey, refiere que en 2018 se le aprobó un subsidio de 90 000 pesos, luego de que su vivienda sufriera derrumbe total en dos ocasiones por eventos meteorológicos.
Explica Bárbara que los trabajos de edificación de su nueva casa, la cual está conformada por una habitación, cocina y baño, apenas duraron 15 días y estuvieron a cargo de una cooperativa no agropecuaria de esa localidad.
"El techo de la casa lo montaron de planchas prefabricadas sin la malla electrosoldada", lo que ha traído como consecuencia que la vivienda se moje completamente, "incluyendo las paredes, y afectando, además de todo el repello, equipos electrodomésticos como el teléfono alternativo, el televisor al cual ya se le rompió el tubo de pantalla y la cocina eléctrica. Además, no está terminada la instalación hidrosanitaria ni la eléctrica".
Señala que a pesar de esto, el técnico de la Dirección Municipal de la Vivienda le envió al jefe de brigada que se encargó de los trabajos de edificación, para que le efectuara el pago correspondiente, alegando que después le darían los materiales que le faltan para la terminación del trabajo, pero resultó que luego de realizar el pago, le dijeron que no había materiales, pero que en cuanto llegaran se los iban a asignar.
"Ahora ¡me están declarando la vivienda como terminada! Y me quieren quitar la tarjeta, a la cual le queda un tercio del dinero asignado. Otro problema es que cuando llegan los recursos se los están dando a otros casos que comenzaron mucho después, y que aún no han efectuado el pago. Y a mí, que ya pagué toda la mano de obra, no se me cumple lo prometido".
¿Quién protege a esta señora ante lo que parece una estafa? Esperemos que luego de esta denuncia las cosas se arreglen, porque ahora se acerca el invierno y dormir mojado por la lluvia y con frío no es nada fácil, y además, porque el dinero no crese en los árboles, y no hay derecho para que situaciones como esta queden impune.