En el teatro del absurdo en que se ha convertido Cuba bajo el castrismo, lanzaron otro chiste. Fue José Ramón Machado Ventura, uno de los principales cómplices de Fidel y Raúl en llevar a la ruina a la nación, quien ordenó la próxima misión de los extenuados campesinos cubanos: producir alimentos para enfrentar a EE.UU.
El segundo secretario del partido Comunista anduvo, en medio de la pandemia, junto con el vicepresidente Salvador Valdés Mesa, recorriendo por enésima vez toda la isla y sermoneando a los agricultores sobre lo que deben hacer para que haya comida en Cuba, mientras los dirigentes destruyen sistemáticamente toda iniciativa productiva.
Pero ante los cubanos, se presentan muy preocupados por “la necesidad de trabajar con el sentido de la urgencia que demandan las actuales circunstancias por las que atraviesa el país”, que atribuyen lo mismo a la “crisis mundial derivada de la actual pandemia”, que a las sanciones y el embargo de Estados Unidos contra la dictadura.
Machado Ventura insistió en que “en lo adelante solo tendremos los alimentos que seamos capaces de producir”, y de esta manera anuncia tiempos negros para los ciudadanos que padecen el ineficiente sistema económico del régimen.
Aunque se sabe que, por ejemplo, el pollo que se come en Cuba es vendido por EE.UU –y también que el castrismo decomisa productos a cubanos y destruye toda iniciativa próspera–, Machado volvió con la letanía de que “la mejor respuesta” a la política norteamericana “que pretende rendirnos por hambre, es producir más con los pocos recursos que tenemos, para lo cual hay que sacar las reservas que existen en todas partes, que no son pocas, y desterrar la ineficiencia que muchas veces aflora”, reconoció.
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Según el diario oficialista Granma, Machado Ventura repitió que la decisión de los corruptos y obesos dirigentes era “resistir y vencer” la política del Gobierno estadounidense, “que no escatima recursos ni esfuerzos para hacernos desistir de nuestro proyecto (…)”
Ahora que la dictadura teme un estallido social, recuerda que “el país es de todos, por lo que hay que hacer un esfuerzo colectivo para defender la Revolución desde el surco, aportar los cinco kilogramos de proteína que requiere la familia, junto a los niveles de alimentos (…)”
No obstante, la ineptitud del Estado para producir alimentos es tan evidente, que ni siquiera en el Granma pudieron omitir los malos resultados conocidos a propósito del recorrido de Machado Ventura.
Provincias como Camagüey, Villa Clara, Matanzas y Sancti Spíritus, que por lo general son las principales productoras de leche, “incumplen sus compromisos de manera significativa, en lo cual incide la baja natalidad vacuna, la alta mortalidad, la carencia de agua y la pobre siembra de pastos para la alimentación animal en época de sequía”, aseguraron.
En Matanzas creció el número de reses muertas, unas 9 181, además de bajos índices de inseminación artificial y de nacimientos. Similar situación presenta la provincia Artemisa, donde los altos índices de mortalidad y la baja natalidad del ganado se hacen sentir, pero resolverlo el Estado solo tiene una solución: “incrementar la siembra de plantas proteicas [moringa y otras] y garantizar el agua necesaria a los animales”.