El paso de la tormenta tropical Laura por Cuba esta semana provocó el derrumbe de una de las torres de iluminación del estadio 26 de julio en la provincia de Artemisa, único con luces LED en el país.
Según el reporte oficial del Inder este jueves, el estadio también sufrió la pérdida de “hasta 20 lámparas” y daños en el techo y las gradas.
La nota oficial publicada en el diario digital Jit especifica que Cuba no posee los reemplazos para el alumbrado, por lo que el equipo de béisbol de la provincia, Los Cazadores, tendrán dificultades para disputar sus partidos de local en la venidera Serie Nacional.
Todavía no se ha precisado el total de los daños en el parque artemiseño, donde el equipo de béisbol continúa sus entrenamientos, mientras las autoridades deportivas de la provincia afirman que intentarán acondicionarlo medianamente para el inicio de la serie.
El calendario competitivo del torneo de béisbol cubano comenzará solamente en las provincias orientales debido a los constantes rebrotes de COVID-19 reportados en el territorio occidental de la isla.
Esta fue la más notoria de las 35 instalaciones afectadas en 11 provincias reportadas por la Dirección de Deportes del gobierno cubano, con los territorios de Guantánamo, Cienfuegos y Pinar del Río como los más afectados.
“Los principales daños se ubican en las cubiertas, sobre todo de estadios de béisbol y fútbol, aunque varios reportes dan cuenta de muros derrumbados, ventanales arrancados, luminarias destrozadas, falsos techos levantados y otras situaciones”, explica la nota.
El penoso estado de la mayoría de las instalaciones deportivas cubanas provoca que fenómenos de este tipo las dañen aún más, aunque no se trate siquiera de un huracán de fuerza mayor, como en este caso.
La Sala Polivalente Rafael Castiello de Guantánamo, donde se acogen eventos de baloncesto, boxeo, voleibol y otros deportes, perdió 18 piezas de fibrocemento de su tejado.
Mientras tanto, la Escuela de Iniciación Deportiva de Santiago de Cuba sufrió daños en sus ventanales, persianas y lámparas, así como en las camas donde duermen los alumnos que allí se internan.
Otros cuatro estadios repartidos entre las centrales provincias de Cienfuegos, Sancti Spíritus y Villa Clara perdieron buena parte de sus cubiertas, perdiendo en total más de 200 piezas de zinc y fibrocemento.
Aún más se perdieron solamente en el estadio Camilo Cienfuegos, en La Palma, Pinar del Río, cuyo techo perdió 250 planchas de fibrocemento, casi la totalidad de la cubierta.
