Solano, secretario del Sindicado en Villa Lupe, una instalación turística de Guanabo, al Este de La Habana, indicó en una entrevista con Naturaleza Secreta, publicada en Facebook, que “cuando se dio la apertura aquí en la playa, ese día parecía que las personas estaban locas, muchas personas llegaban aquí corriendo, en moto, en bicicleta".
En estos momentos, dijo, "yo me siento algo abatido, algo triste, porque tengo dos niños y mi niña me pregunta: ¿papá cuándo se acaba la Covid? Yo quiero ir a tal lugar; pero yo no puedo sacarla a ninguna parte, me siento triste porque yo digo a lo mejor ya está cosa va a parar; pero, al contrario, este rebrote viene con más fuerza y me siento asustado, me siento asustado".
Precisó que en el momento de apertura el flujo era "demasiado grande".
"Ahora se escucha el comentario: la cosa está mala, la cosa está mala y la cosa está mala, eso es lo que le puedo decir yo a usted”, lamentó.
"Cuando venía el tren playero, usted miraba y veía una gran masa de personas y la gente venía mayormente sin la protección que tenían que usar para combatir esta epidemia, era el deseo solamente de estar en la playa, veían tanto hombres como mujeres, tomando en el vaso todo el mundo, bueno era un realengo".
Valoró el trabajador estatal, no obstante, que "las medidas que se están tomando" en la zona, son "buenas, porque es a favor del pueblo".
Las respuestas en el post fueron tajantes en reconocer la falta de seriedad con las medidas y el apuro de las autoridades por abrir las playas y espacios de recreación como bares. Un usuario criticó el reportaje "que vimos por el NTV donde las personas fueron entrevistadas todas en la arena, con mucha distancia y con el nasobuco puesto". Quien lo vio en el noticiero, precisó, "sabe de lo que estoy hablando".
"Ese es el peor daño que nos podemos hacer, pero ya es costumbre", cuestionó.
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Sobre lo que ocurrió en la playa de Guanabo cuando se permitió el baño, una vez que La Habana pasó a la Fase 1 después de prolongadas semanas de cuarentena, el trabajador de la zona destacó que "esto nos puede servir como una experiencia porque fue algo malo, fue un error tan grave que cometimos todos, verdaderamente nos descuidamos, nos dejamos guiar por el deseo".
Porque "como el cubano es tan guarachero, tan campechano, nos dejamos guiar por el deseo, nos apoyamos mucho en el cuerpo médico que tenemos, los criterios se escuchaban: si me enfermo voy para allá, si ya yo sé que al final me voy a salvar y no pensamos en las secuelas que deja esta enfermedad".
De todos modos, criticó que "se hayan demorado tanto en haber tomado medidas, porque desde finales de julio ya debían haberse tomado". Ejemplificó que en cuanto al transporte "se dijo que el transporte iba ser limitado, la capacidad del ómnibus con las personas sentadas más 10 personas paradas. Los choferes sí lo hicieron, pero solo los tres primeros días".
"Se cometieron muchas indisciplinas, cada cual tiene que cargar con su culpa", remató.