El estado del transporte público en Las Tunas empeoró en el mes de agosto por la falta de combustible. Esa situación continuará durante el próximo mes y quién sabe si durante más tiempo, aseguraron medios oficiales de la isla.
A pesar de esto, las autoridades de esa provincia oriental dijeron que mantendrán, con mucho esfuerzo, la comunicación entre los municipios, zonas urbanas y rurales, y los lugares de recreación durante lo que queda de la temporada vacacional.
De lunes a jueves, apenas dos ómnibus van a encargarse del transporte en esa provincia que, según la Oficina Nacional de Estadísticas, tiene una población cercana a los 200 000 habitantes. En fines de semana serán siete, cuando aumenta el tráfico por ser días recreativos, agregó Alciviades Lluch, subdirector de Transporte en la provincia.
Las rutas que conectan la cabecera provincial con los municipios apenas tendrán dos frecuencias, una en la mañana y otra en la tarde. En las comunidades rurales la circulación de ómnibus y ferrobuses quedará paralizada casi por completo, con pocos viajes semanales.
Luch incluso omitió el plural cuando se refirió a la transportación en esas zonas: dijo que habrá una salida garantizada, la del lunes, porque ese día las personas aprovechan para ir a los hospitales. Las medidas de prevención del coronavirus obligan a mantener, al menos, esa mínima ayuda a la población local.
Ni siquiera el transporte de carga se salva de la situación. Muchos camiones quedarán parados para alimentar los tanques de los que cargarán los productos de la canasta básica, aseguró la prensa oficialista.
En las imágenes puede verse cómo las personas se aglomeran cerca de los ómnibus para subir a ellos, en abierta violación de las medidas de distanciamiento social. La desesperación por subir a los transportes es tan grande que unas a otras se empujan para tratar, a veces en vano, de subir al medio de transporte.
Cuba enfrenta una grave crisis de transporte desde que los suministros de combustible venezolano disminuyeran. Esta crisis se suma a la crisis sistemática de ese sector desde la caída del campo socialista, una deuda con los cubanos que no se ha podido resolver en treinta años.
Las autoridades cubanas culpan al “bloqueo” de Estados Unidos por el agravamiento de la situación, ya que Washington sancionó a las dos empresas cubanas que importaban combustible, Cubametales y Corporación Panamericana, y a varios buques venezolanos implicados en el negocio.