Que las personas van perdiendo el miedo en Cuba es un hecho. Cierto es que esa valentía se ve mayormente en las redes sociales y aún no en hechos concretos del día a día, que supongan un reto mucho mayor para un régimen más concentrado en su permanencia a toda costa que en la satisfacción de las necesidades de sus ciudadanos.
Sin embargo, que ya sea vean discursos sinceros y claros sobre inconformidades tanto con la situación económica como política, aunque sea fundamentalmente en el ciberespacio, es un gran paso de avance respecto al inmovilismo de décadas anteriores, incoherente con la naturaleza rebelde del cubano.
En tal sentido, resulta loable el análisis de Leovel Frank Cangas, trabajador del hospital Comandante Pinares de San Cristóbal, provincia de Artemisa, según la información reflejada en su perfil de Facebook.
Cangas, en apariencia un cubano “integrado” y con “vínculo laboral oficial”, por usar calificativos que gustan al oficialismo, compartió en la referida red social un interesante análisis en el que conmina a sus compatriotas a pensárselo dos veces antes de concluir que las causas de todos los males de la isla radican en la política de Estados Unidos contra el régimen y en las sanciones del actual presidente estadounidense, Donald Trump, como le sugirió una persona allegada a él.
Según narró Cangas en su post, este sábado, de camino al trabajo, conversaba con dicha persona “sobre lo difícil de la situación que estamos viviendo y cómo las decisiones del gobierno hacen que se recrudezca más aún”.
“Enseguida me contestó: ‘la culpa es de Donald Trump y todas las medidas que toma contra nuestro país... al final Canel no se afecta, sino el pueblo’. Lo lamentable es que una buena parte de nuestra población tiene instaurada esa idea en sus cabezas”, apuntó Cangas, quien según su perfil es psicólogo de formación.
“Parece que olvidamos o más bien negamos algunos elementos tristes de nuestra historia en los últimos 61 años”, agregó antes de mencionar “algunas cuestiones que fueron modificadas gracias a las sanciones económicas y presiones internacionales”, y que a su juicio demuestran cómo el propio gobierno cubano puede tener más culpa de la situación de la isla que los agentes foráneos.
La enumeración de cuestiones de Cangas es la siguiente:
“- Homosexuales y religiosos no podían estudiar y eran cruelmente discriminados en Cuba.
- Las personas no podían tener relaciones con sus familiares en el extranjero o se afectaba seriamente su estatus social.
- Existían campamentos donde obligaban a las personas a realizar trabajos forzados en contra de su voluntad (UMAP).
- El cubano no podía viajar a ningún lugar del mundo.
- El cubano no podía visitar nuestros hoteles y playas.
- El cubano no podía comprar en tiendas recaudadoras de divisas.
- El cubano podía ir preso por escuchar grupos musicales prohibidos por el Estado.
- No existía trabajo alguno por cuenta propia.
- NO HABIA INTERNET EN CUBA.
- Existía una abierta y cruenta represión contra todo aquel que se manifestara en contra del gobierno”.
El repaso de esas cuestiones, ya modificadas afortunadamente, es para Cangas la mejor manera de comprobar cómo no es Donald Trump el culpable de la situación actual que vive Cuba.
“Haga un pequeño viaje en su memoria y cuando logre identificar los cambios sociales que ha habido en nuestro país (para bien), tenga en cuenta que se han debido precisamente a las presiones de organismos internacionales. Piense también que sin bloqueo económico y sin personas como Donald Trump, el régimen cubano actual sería como el de Corea del Norte... luego busque en internet y estudie las condiciones en las que viven los norcoreanos y verá cómo, de a poco, se despeja su mente”, recomendó Cangas, que concluyó su post sentenciando que “LA CULPA DE NUESTROS MALES LA DEBEMOS AL (DES)GOBIERNO CUBANO”.
