Alquilar contenedores: solución privada a un problema colectivo

Alquilar contenedores de basura La Habana para “uso privado” es una de las consecuencias de ese gran problema que el régimen cubano no ha podido solucionar en los últimos 60 años: la recogida de desechos sólidos.
Basura en La Habana, Cuba. /Foto: Lester Rodríguez. ADN CUBA
 

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Alquilar contenedores de basura La Habana para “uso privado” es una de las consecuencias de ese gran problema que el régimen cubano no ha podido solucionar en los últimos 60 años: la recogida de desechos sólidos.

En una barriada del Cerro, dos personas discutían en torno a uno de estos contenedores, y la discusión subió de tono precisamente cuando uno de los involucrados afirmó que había alquilado el contenedor para su uso personal: para botar sus escombros, la basura exclusiva de la reparación de su vivienda.

En las zonas más céntricas de la capital cubana la situación no es caótica. Pero basta adentrarse en barriadas de la periferia para ver una ciudad abandonada, a pesar de los empeños en celebrar los 500 años con un poco de limpieza.

 

En algunos barrios los vecinos hacen una ‘ponina’ (colecta) para alquilar estos contenedores, que suelen costar hasta 10 CUC diarios”, dijo a ADN CUBA Leonardo, trabajador de la empresa estatal de Servicios Comunales.

La gente los alquila, además, para garantizar que no se acumule la basura ni los escombros, porque la empresa [de Servicios Comunales] los ubica, pero después demora hasta más de veinte días en retirarlos”, añadió.

Pero no en todos los barrios de la periferia capitalina los residentes pueden darse el lujo de pagar por la solución de un problema que le corresponde al Estado.

 “Lo que corresponde a las personas es cumplir con las normas de higiene, no subvencionar la recogida de basura”, cuestionó Tamara Leiva, enfermera y vecina del consejo popular Palatino.

En estas comunidades viven mayormente obreros, gente de bajos ingresos que tienen que hacer malabares para alimentar a su familia. No se les puede pedir también que pongan dinero de sus salarios para cubrir una deficiencia del Gobierno”, fustigó.

Como parte de un donativo de 10 millones de dólares para la limpieza de la capital, el gobierno japonés incluyó la entrega de 100 camiones recolectores de desechos sólidos, que llegarían a la Isla progresivamente a través de gestiones de la corporación nipona Somitomo

 

El pasado mes de marzo, la subdirectora de Recursos Humanos de la dirección provincial de Servicios Comunales desmintió que un centenar de funcionarios y trabajadores de esta empresa estuvieran bajo investigación por delitos de desfalco financiero, malversación, falsificación de documentos y propagación de enfermedades.

Sin embargo, la opinión generalizada entre la población encuestada es que existen “indicios más que evidentes” de corrupción en esta empresa porque “está a la vista de todos”, como reconoció una funcionaria de la dirección provincial de Salud Pública bajo condición de anonimato.

Comunales funciona como un desastre: ocasiona más daño que soluciones, por la incompetencia de sus directivos. Son incapaces de hallar alternativas ante la acumulación de la basura, que en algunos territorios suelen llegar hasta más de tres semanas, y muchas veces a escasos metros de círculos infantiles, escuelas, policlínicos, hospitales y establecimientos de ventas de alimentos”, denunció.

Un recorrido por más de una docena de barrios corroboró que apenas existe mejoría en el servicio de recogida de desechos sólidos. No pocos ciudadanos coincidieron en que la problemática de la acumulación de la basura se soluciona cuando los residentes llegan a la protesta pública.

Sobran las propagandas y faltan acciones concretas”, opinó Leiva en referencia a las vallas publicitarias por los 500 años de la ciudad, con que el gobierno ha inundado cada rincón de la capital.

Corrupción y vandalismo

La empresa estatal de Servicios Comunales, que forma parte del sistema administrativo del Consejo de la Administración Provincial, es la encargada de organizar, controlar y dirigir la actividad derivada “de la Recogida y Disposición final de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU), el mantenimiento de las Áreas Verdes y el Mobiliario Urbano y los Servicios Necrológicos”, según destaca el sitio web de la empresa.

Para los habaneros, la empresa de Servicios Comunales no parece estar integrada al programa para mejorar una ciudad próxima a cumplir cinco siglos. Las opiniones recogidas por ADN CUBA concordaron en que construir paradas de ómnibus, maquillar parques sin árboles y pintar las fachadas de los edificios no alcanza para sanear una ciudad que muchos catalogaron como “sucia”.

 

500 años de La Habana… pero ¿y la basura pa’ cuándo?”, inquirió Víctor Carlos Almanza, dueño de una pizzería privada en la barriada Los Pinos. En ocasiones Víctor asume totalmente el costo de alquilar un contenedor para desechos sólidos con el objetivo de mejorar la higiene de los alrededores de su negocio, ubicado en una de las zonas más sucias de este consejo popular.

 “Por aquí no se ven los camiones nuevos que donaron los japoneses. Solo han traído tanques nuevos que no durarán más de tres meses por el vandalismo y porque se demoran hasta quince días en vaciarlos, y esa sobrecarga al final los rompe. Tampoco estos tanques están diseñados para tirar escombros allí…”, agregó Almanza.

Los funcionarios de la dirección provincial de Servicios Comunales, por su parte, justificaron que los recolectores de basura apenas duran “por los actos vandálicos”, y que la proliferación y acumulación de desechos y escombros fuera de las áreas indicadas es resultado de las indisciplinas sociales, y de ciudadanos que no respetan las advertencias de multas”.

 

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